Ahora más que nunca la alianza opositora requiere recuperar y ganar confianza de electores, de la sociedad. Para ello
la mejor fórmula sería hablarle con la verdad; nunca es tarde. Nadie es perfecto, ninguno de sus tres líderes podría presumir que ha estado exento de errores.
Le gente los conoce, sabe de su pasado, no son nuevas caras en la política. Si en el pasado la autocrítica la hicieron a un lado, valdría la pena considerarla en estos tiempos, corregir fallas y encontrar juntos mejores fórmulas para alcanzar sus objetivos.
A estas alturas a la gente ya no se le engaña, tiene claro el perfil de los dirigentes de los partidos y sabe perfectamente cuando no están diciendo la verdad. Se equivocan si creen que nadie se da cuenta.
En la noche del domingo 4 de junio, cuando empezaban a conocerse los resultados de la votación en el estado de México, acompañando a su candidata Alejandra del Moral, Alejandro Moreno (PRI), Marko Cortés (PAN) y Jesús Zambrano (PRD) salieron a los medios a decir que había ganado. Para ese entonces, las encuestas rápidas de salida revelaban lo contrario, así que no existía ningún soporte para cantar victoria y pecar de triunfalismo.
A las dos horas, Alejandra volvió a dar la cara, para reconocer su derrota. Ya no en compañía de Alito, Marko y Jesús. La dejaron sola. Generalmente las derrotas no tienen padre ni madre.
¿De verdad creen que la gente pasó de largo su comportamiento?
Lo que más le urge a la alianza para dar la batalla por la presidencia en el 2024 es credibilidad.
Arturo Zárate Vite
@zarateaz1
arturozarate.com