Xóchitl Gálvez Ruiz, excandidata presidencial derrotada, va por otra oportunidad en la política nacional. Está decidida
a formar un nuevo partido y, en este mes, ante el INE, formalizaría la inscripción con el fin de obtener el registro.
La experiencia que le dejó la competencia de junio pasado será de utilidad para sus propósitos en 2025.
Esta vez deberá de imponer sus propios criterios, evitar influencias que en poco o nada le ayudaron en su pasado reciente.
Hasta antes de que fuera nominada candidata presidencial por el PRIAN y el PRD, el plan de Xóchitl era competir por la jefatura de gobierno de la Ciudad de México. Lo dijo una y otra vez en entrevistas. Su respuesta siempre fue la misma cuando le preguntaban por sus aspiraciones. El objetivo era la CDMX. Necesitaba experiencia de gobierno a ese nivel antes de dar el paso para la presidencial. Sin embargo, la convencieron de apresurar sus tiempos, no resistió las presiones de quienes la han apoyado en su carrera política.
El resultado fue el fracaso. Los partidos que la postularon estaban y están desacreditados, sobre todo el PRI, seguido por el PAN y en tercer lugar el desaparecido PRD.
Los empresarios que empujaron su proyecto también evidenciaron lo novato para las grandes ligas de la política nacional.
Xóchitl efectivamente, como ella misma lo reconocía, no estaba lista para competir por la presidencia y menos con esos “respaldos”.
La formación de un nuevo partido puede catapultar sus planes, siempre y cuando lo construya sin estorbos.
Arturo Zárate Vite
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