El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, tiene en jaque a los cárteles, organizaciones criminales que tienen
como principal fuente de ingreso la venta de droga.
Los malandros están atemorizados desde que el gobernante estadounidense anunció que etiquetaría con el nombre de “terroristas” a los cárteles, porque significa la autorización para que los EEUU vayan en persecución de los delincuentes, con toda su fuerza, donde quiera que se encuentren.
Para empezar, tendrían que estar espantados quienes operan en la misma nación norteamericana. Los hay. No se puede explicar de otra manera la distribución de las distintas drogas.
Es lógico suponer que existen uno o varios cárteles de los Estados Unidos y entonces el gobierno de Trump debería en primer lugar perseguir a quienes están en su territorio.
Hay que reconocer que es tal el poderío de la nación vecina que podría actuar al mismo tiempo en diferentes lugares.
Sin ensuciarse ni mancharse las manos. Cuenta con alta tecnología como para utilizar los servicios de inteligencia y ubicarlos, después bastaría con los famosos drones para la ofensiva final.
En su propio país no tendría ningún impedimento legal y, de paso, lo que hiciera, si capturara o desactivara a a los cárteles, su acción sería un ejemplo para otras autoridades en el mundo que también están obligadas a combatir a dichas organizaciones.
Por lo que respecta a México, ya su presidenta Claudia Sheinbaum ha dicho en todas las formas y tonos, que nuestro país es soberano e independiente, dispuesto a colaborar, pero jamás a someterse.
De cualquier manera, los cárteles están espantados con la iniciativa Trump, por su impetuosidad que en diversos temas está sacudiendo al mundo.
Arturo Zárate Vite
Twitter y TikTok: @zarateaz1