Qué triste, en medio de toda esta crisis pandémica y económica se "sacó el cobre". Lejos
de un rostro distinto, actores diversos.
"Sacaron el cobre". Periodistas que escogieron el sensacionalismo para regordearse en un batidillo de especulaciones, dando por buenos rumores y filtraciones.
"Sacaron el cobre" patrones que ante esto vieron la oportunidad de despedir a muchos que hoy no saben qué van a hacer para darle de comer a su familia.
"Sacaron el cobre" los que han especulado con el virus, como arma política para ganar votos.
"Sacaron el cobre" distintos funcionarios de esta 4T que sencillamente no han entendido la magnitud del suceso y que decidieron enterrar la cabeza para no enfrentar sus responsabilidades mostrándose como son: Chiquitos, enanos.
"Sacaron el cobre" muchos ciudadanos que por más que se les indique, optaron por pasearse en la vía pública, cargando hasta con el perro.
"Sacaron el cobre" aquellos machos que durante el encierro blandieron sus frustraciones y han elevado las cifras de violencia en contra de los suyos, los feminicida siguen en lo suyo.
"Sacaron el cobre" los que manipulan los precios de productos de limpieza e higiene.
"Sacaron el cobre" los defensores de las redes sociales y sus múltiples ventanas pútridas que se han dedicado a crear un caldo de temor y ansiedad en muchos.
"Sacaron el cobre" políticos que como Barbosa, el de Puebla, mostró la más rupestre inteligencia y refirió que ésta enfermedad solo les daba a los ricos.
"Sacaron el cobre" los que se han resistido a la voz de un gran acuerdo que permita blindar el empleo y los salarios, personajes que en Palacio Nacional no avanzan en ese reclamo de estrategias de gran calado, por que acusan, son propuestas de los "conservadores".
"Sacaron el cobre" los que fustigan a la única voz que le ha dado un sentido congruente y serio en medio de la pandemia, un vocero de verdad en medio de la estridencia: El epidemiólgo López Gatell.
Estos tiempos son difíciles, a la sociedad se le ha sometido a una muy dura prueba, al gobierno se le ha colocado en el paredón, todos hemos elevado la voz en un griterío que en nada ayuda, plagando el ambiente de veneno auditivo.
Parece ser que el tiempo de venganzas y huídas llegó, arrastrándonos a una serie de conductas que lamentablemente nos comienzan a dar un penoso sitio en la historia.
Cierto, no todo esta podrido, grandes actos de muchos seres humanos rescatan la tarde, pero en el día a día se asoman muchas torceduras conductuales, miseria humana, ausencia de moral y de ética.
La noche larga del covid-19 ha ido revelando ese veneno que acompaña a la zona oscura del alma. Y tendremos que hablar de eso, mirar de frente al rostro de la mezquindad y comenzar a cambiarla, pues una vez que todo esto acabe, no podremos quedarnos con la lepra de nuestras acciones.
Llegará el momento en que nos tengamos que replantear qué demonios haremos con nuestro país, qué tipo de México habremos de construir.
¿Uno en dónde ser cínico e indolente sea la norma, o en dónde ser un mejor ciudadano, uno patriota y solidario sea la regla?
¿Hasta dónde estamos dispuestos a "sacar el cobre"?