Estamos así por la mala educación

Felipe de Jesús Ángeles Ramírez fue un artillero, héroe de la Revolución Mexicana. Hidalguense, leal a Madero, fue la materia gris de Villa, por Carranza tuvo que irse a Francia

 exiliado, no empataba con el constitucionalista, regresó a México y fue fusilado en Chihuahua en 1919.

Adivinó, Carranza ordena su muerte en un vergonzoso juicio, torciendo la ley, apurando el proceso para que el general fuese pasado por las armas. Felipe Ángeles no solo era un brillante matemático, sino un verdadero filósofo de la revolución y sus procesos.
Pocas horas antes de morir escribió un par de cartas, textos y reflexiones personales. De las cuales un par de líneas dejan a manera de mapa la gran tragedia de la Revolución y de México.

Hace referencia de que ningún proceso de cambio, con miras al fortalecimiento de la democracia será posible si no se atienden los vacíos educativos del pueblo, la ignorancia y la poca atención que los gobiernos tienen para con la educación, han evitado que los hombres evolucionen, en otras palabras, al ser un país de gente con escasa preparación no se podrá aspirar a un nivel superior de vida, pues la sin razón y el conformismo van de la mano de ese desconocimiento.

A poca y mala educación, mala democracia y peores gobiernos. A más de cien años de su muerte, Felipe Ángeles expresa lo que a muchos personajes les cuesta reconocer, que México está condenando a seguir comiendo de la mano de un puñado de políticos (antes eran revolucionarios) sin vergüenzas.

Y que esa permanente condición de aprendices nos ha mantenido desde entonces en una insultante medianos y pobreza. Ángeles manifestaba la necesidad de cambiar las bases de la educación, convertir a los niños en seres pensantes, racionales; envolverlos en el conocimiento y las virtudes del amor a el país desde la más profunda de las libertades: la capacidad de pensar libremente.

Cosa que aquí no ha sucedido, pues, a lo que llamamos "pensar"no es más que un acto de repetir lo que creemos es la milagrosa verdad. No se trata de menospreciar, se trata de una pieza histórica en donde una de las mentes que más amo a México dijo poco antes de ser ejecutado. Vale la pena pensar en eso ya que después de tantos años seguimos parados en el mismo puerto, uno en donde la mayor de las doctrinas es la Rosa de Guadalupe y los neocaudillos, eso sí, aborreciendo los libros que mucho ayudan a no creer cuentos.

A qué don Felipe Ángeles, un gran general que fue asesinado por pensar diferente y pues sí, el gran héroe Carranza, así se fue a Tlaxcalaltongo, con las manos llenas de sangre .