Cuando resulta difícil dar lectura inmediata a una cifra numérica, tratándose de pérdidas económicas, es porque las cosas y verdaderamente mal: A 1.9
mil millones de pesos ascendieron los números rojos de PEMEX en el tercer trimestre, con una caída del 31.8% en las ventas totales de la empresa y una baja en las exportaciones de petróleo crudo del 18.6%.
A pesar de los graves problemas económicos por los que atraviesa la industria petrolera de nuestro país y de la inminente amenaza que supone el cambio climático relacionado con la acumulación de gases con efecto invernadero, especialmente bióxido de carbono (CO2) procedente del empleo de combustibles fósiles , la proclama anacrónica y nacionalista del habitante de Palacio no cambia un ápice: nada de inversión privada, negativa rotunda frente a la necesidad apremiante de una transición hacia energías limpias, y monopolio absoluto del Estado en materia energética.
A pesar de que expertos de todas las latitudes del orbe han sugerido cancelar la construcción de la "Refinería de Dos Bocas" cuya viabilidad financiera ha sido cuestionada, incluidos los del Instituto Mexicano para la Competitividad, que de acuerdo con un estudio de 30 mil financieros de la refinería señalaron que en 98% de los escenarios posibles habrá más costos que beneficios con una pérdida de valor para PEMEX, el empecinamiento presidencial es orgulloso ciego y sordo. Más allá de su dudosa utilidad en el contexto financiero, la obra supondrá encadenarnos a los combustibles fósiles en las siguientes décadas, sin ninguna perspectiva de cambio hacía una matriz de energías limpias.Por si fuera poco, las subastas de electricidad y las licitaciones para encontrar socios potenciales en PEMEX han sido canceladas.
¿Por qué a pesar de que los signos vitales del enfermo revelan su condición de "moribundo", el inquilino de Palacio insiste en prescribir la misma medicina, esa que tantas veces ha fracasado en el pasado? La respuesta es simple: Dogmatismo ideológico y conveniencia política. Revertir la reforma energética de Enrique Peña Nieto y cacarear las cancelaciones de contratos, cuenta con la aprobación del "pueblo" y con el apoyo de un amplio sector de la población que mantiene aún la distorsión anacrónica de la visión nacionalista. Dicho de otro modo, aunque el proyecto energético tenga el viso de un suicidio ritual, producirá jugosos dividendos en las urnas.
Pero las decisiones que se toman con el fin de agradar al populacho y bajo el estrecho abrazo de las camisas de fuerza ideológicas, suelen conducir a la desgracia y al desastre. ¿Por qué no aprendemos de la historia?
El "Gran salto adelante" fue una campaña implementada por Mao Zedong en 1958, que pretendía alcanzar en el tiempo récord el bienestar y la bonanza del pueblo chino. Su férreo dogmatismo ideológico (males que hoy día parecen contagiosos) le hicieron suponer que la simple movilización a gran escala de la enorme población china, sería suficiente para alcanzar en el corto plazo una producción agrícola e industrial similar a la de los países capitalistas. La movilización de masas haría posible el milagro;Mao despreciaba profundamente a los "especialistas burgueses" a los que calificaba de derechistas conservadores (hay algo aquí que me resulta familiar), mientras celebraba la enorme sabiduría depositada en el pueblo (al parecer ya se hablaba entonces del "pueblo sabio"). De acuerdo con sus propias palabras, " los humildes son los más inteligentes; los privilegiados los más estúpidos "(algo así como la narrativa maniquea del" pueblo bueno "y de los" conservadores corruptos ", que nadie le quita de la boca al protagonista de las mañaneras). El proyecto se apoyaría en dos elementos fundamentales: Colectivizar la agricultura y emplear a millones de chinos en la producción de acero. La improvisación de pequeños hornos en los patios traseros de aldeas y vecindarios urbanos permitiría una producción sin precedentes del preciado metal, zanjando el lento proceso de industrialización tradicional. La voluntad del pueblo sería el motor que permitiráía a China superar a las grandes potencias industriales (esto de suponer que la es suficiente para cambiar las cosas voluntad, es por lo visto un mal antiguo). (algo así como la narrativa maniquea del "pueblo bueno" y de los "conservadores corruptos", que nadie le quita de la boca al protagonista de las mañaneras). El proyecto se apoyaría en dos elementos fundamentales: Colectivizar la agricultura y emplear a millones de chinos en la producción de acero. La improvisación de pequeños hornos en los patios traseros de aldeas y vecindarios urbanos permitirá una producción sin precedentes del preciado metal, zanjando el lento proceso de industrialización tradicional. La voluntad del pueblo sería el motor que permitirá a China superar a las grandes potencias industriales (esto de suponer que la voluntad es suficiente para cambiar las cosas, es por lo visto un mal antiguo). (algo así como la narrativa maniquea del "pueblo bueno" y de los "conservadores corruptos", que nadie le quita de la boca al protagonista de las mañaneras). El proyecto se apoyaría en dos elementos fundamentales: Colectivizar la agricultura y emplear a millones de chinos en la producción de acero. La improvisación de pequeños hornos en los patios traseros de aldeas y vecindarios urbanos permitirá una producción sin precedentes del preciado metal, zanjando el lento proceso de industrialización tradicional. La voluntad del pueblo sería el motor que permitirá a China superar a las grandes potencias industriales (esto de suponer que la voluntad es suficiente para cambiar las cosas, es por lo visto un mal antiguo). que nadie le quita de la boca al protagonista de las mañaneras). El proyecto se apoyaría en dos elementos fundamentales: Colectivizar la agricultura y emplear a millones de chinos en la producción de acero. La improvisación de pequeños hornos en los patios traseros de aldeas y vecindarios urbanos permitirá una producción sin precedentes del preciado metal, zanjando el lento proceso de industrialización tradicional. La voluntad del pueblo sería el motor que permitirá a China superar a las grandes potencias industriales (esto de suponer que la voluntad es suficiente para cambiar las cosas, es por lo visto un mal antiguo). que nadie le quita de la boca al protagonista de las mañaneras). El proyecto se apoyaría en dos elementos fundamentales: Colectivizar la agricultura y emplear a millones de chinos en la producción de acero. La improvisación de pequeños hornos en los patios traseros de aldeas y vecindarios urbanos permitirá una producción sin precedentes del preciado metal, zanjando el lento proceso de industrialización tradicional. La voluntad del pueblo sería el motor que permitirá a China superar a las grandes potencias industriales (esto de suponer que la voluntad es suficiente para cambiar las cosas, es por lo visto un mal antiguo). La improvisación de pequeños hornos en los patios traseros de aldeas y vecindarios urbanos permitirá una producción sin precedentes del preciado metal, zanjando el lento proceso de industrialización tradicional. La voluntad del pueblo sería el motor que permitirá a China superar a las grandes potencias industriales (esto de suponer que la voluntad es suficiente para cambiar las cosas, es por lo visto un mal antiguo). La improvisación de pequeños hornos en los patios traseros de aldeas y vecindarios urbanos permitirá una producción sin precedentes del preciado metal, zanjando el lento proceso de industrialización tradicional. La voluntad del pueblo sería el motor que permitirá a China superar a las grandes potencias industriales (esto de suponer que la voluntad es suficiente para cambiar las cosas, es por lo visto un mal antiguo).
El resultado de aquella aventura pronto haría evidente lo que es capaz de producir la deificación irreflexiva de un líder de masas (mesías -tropical o no-, salvador o como guste Usted llamarle), el dogmatismo ideológico (que en nuestro inquilino de Palacio se ha transformado en ceguera) y el desprecio por la ciencia (que hoy día es casi un requisito para incorporarse a la 4T). Ollas, estufas y toda clase de objetos fueron fundidos en aquellos hornos. Agobiados por el hambre, las jornadas forzadas y la implacable vigilancia de los milicianos, se lograron al fin las cifras deseadas. Todo en vano: Ni siquiera un tercio del hierro producido de esta forma era aprovechable. Los lingotes de hierro, cuyo costo de producción superaba en casi el doble lo que hubiera supuesto su fabricación en hornos modernos (lo insensatez de PEMEX ya existía entonces), se acumula en todas partes como una basura inútil. El fervor puesto en la producción de acero condujo a que en dos años consecutivos las cosechas no fueron recogidas. La prohibición de los cultivos privados (que afán este de demonizar todo lo que no viene del Estado) y la introducción de nuevas técnicas agrícolas sin sustento científico (también tenían su "Gatell"), mermo drásticamente la producción de granos. Por si esto fuera poco, Mao ordenó el exterminio de todos los gorriones, argumentado que las cosechas = más abundantes si se alejaba a estas aves del grano almacenado. Según sus cálculos, la muerte de un millón de gorriones permitiría alimentar a 60,000 personas más. Tras ser declarados "enemigos de la Revolución" (una paranoia gubernamental con tintes obradoristas), los gorriones fueron masacrados por la población china hasta su casi total extinción. Como era de esperarse, su desaparición atrajo numerosas plagas de insectos que acabaron con las ya mermadas cosechas, sumiendo al pueblo de China en la peor hambruna de la historia humana, que llevó a la muerte de 40 millones de seres humanos (aunque some have " otros datos "aún más amargos).
Mao llamó a su proyecto el "Gran salto adelante", nosotros lo llamaremos el "Gran salto al vacío". Si pretende suicidarse señor presidente, deje el cuello de los mexicanos afuera de la soga.
Dr. Javier González Maciel.
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Estudios universitarios en Psicología, Médico Cirujano, Especialista en Cardiología, alta especialidad en Cardiología Intervencionista en Madrid España, titular de posgrado en Cardiología clínica, profesor universitario, director médico en la industria del seguro de personas y conferencista para América Latina.