Sin lugar a dudas Andrés Manuel López Obrador es un personaje harto singular de la política mexicana. Aunque a muchos no les guste, ya forma parte de la historia del país no por las dos derrotas presidenciales que lleva a cuestas, sino por su capacidad para reinventarse cada vez que sus adversarios lo dan por muerto. Y no es que el señor López tenga esa rara peculiaridad de los gatos para caer parados cuantas veces los aviente uno de espaldas, sino que su convicción es tal que se siente predestinado para asumir el papel de estadista que le otorgan las mayorías de hombres y mujeres pobres que hemos fabricado en este país.
Son muchos años ya los que lleva en campaña, y otros tantos los que seguirá haciendo lo que bien aprendió en sus tiempos de militancia tricolor. Si lográramos escudriñar el cerebro de este curioso personajes estoy seguro que encontraríamos una alta carga de convicción, y el convencimiento total de que es un predestinado para alcanzar la reivindicación de los desprotegidos de este país. Claro esta que también es un hombre consciente de que la tarea publica resulta muy desgastante, y en función de ello la procuración de ciertos estadios de bienestar tiene que formar parte de ese paquete de recompensas destinados a los hombres y las mujeres que se entregan al servicio de los demás.
Son muchos años ya los que ha estado en campaña permanente porque nunca deja de hacer política, y sobre todo de hablarle a ese segmento poblacional que le resulta afectó a sus fines y que lo ha mantenido vigente desde hace mucho tiempo. Es tanta la seguridad que tiene y mantiene acerca del papel histórico que le corresponde desempeñar, que sigue con el mismo brío para desgastar a sus adversarios, manteniendo a su familia alejada de los vaivenes del ejercicio político. Por si fuera poco, ya anticipó que dentro de algunos años estará buscando nuevamente la Presidencia de la República y que esta vez no va a ceder tan fácilmente ante el fraude electoral que se anticipa. No conforme con ello también utiliza a los candidatos de su Ahora partido para que confronten al perredismo en todos los rincones del Distrito Federal.
López es uno de los expertos en materia de activismo político, además de saber visualizar lo que sigue, y eso le permite anticipar imponderables sin menoscabo alguno para su presencia en ese sector tan olvidado por los políticos de otros partidos. Son ya casi dieciocho años en campaña y eso cansa a cualquiera, de ahí el imponderable de salud que tuvo hace algunos meses y que le exigió reordenar sus asuntos, pero nunca dejar de hacer activismo porque siente que nació para eso. Para decirlo de otra forma, es un hombre que se aparta de los cánones que rigen el comportamiento del ejercicio político porque ha sabido marcar la diferencia, y los siguientes años observaremos la forma en que construye su tercer oportunidad de convertirse en Presidente de la República. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.