Pareciera que existe una estrategia encaminada a "reventar" al Estado Mexicano durante la próxima jornada electoral. Y no se necesita mucha imaginación para determinarlo, solamente basta observar con atención los acontecimientos ocurridos en los últimos meses y ligarlos. Muchos dirán que se trata de un complot, y tienen razón, pero también hay que señalar que la mayor parte de lo que ocurre es a causa de que las autoridades locales y la federal no terminan de hilar para recomponer el tejido social en varias partes del país, e imponer la ley con aquellos grupos que se han adueñado de grandes porciones del territorio y lo manejan a su antojo y conveniencia. En lo personal creo que la tarea de gobernar ha caído en los límites de la inactividad por ese afán de dejar hacer y dejar pasar para no escalar la gravedad de los conflictos.
El erosionamiento de la autoridad presidencial es una realidad, y a ello hay que sumar el desgaste de muchos gobernadores que se han visto sometidos a multitud de reclamos y violentas protestas como una forma de acorralarlos para minar su capacidad de maniobra. También merece consideración la incapacidad manifiesta de otros que no atinan a salir de un problema cuando ya están en otro. Ni que decir de los problemas que implica que la delincuencia organizada mantenga el control de amplios territorios a causa de la ineficiencia policial, y en otros casos de las complicidades de los cuerpos locales. La tendencia es dejar que de todo se encarguen las fuerzas federales, y eso implica que sea el Gobierno Federal quien tenga que garantizar esa seguridad que es obligación de la estructura municipal y estatal.
La grabación que hicieron de la llamada de Lorenzo Córdoba a Jacobo Molina habla de que además de intencionalidad, tienen implementos tecnológicos que les permiten anticiparse a las posibles reacciones gubernamentales. El problema es que los propios grupos que se disputan el poder están haciendo de todo por lastimar al adversario y en esa disputa también se llevan al traste a las instituciones. Si los grupos de presión hacen esto, quiere decir que los grupos de poder se anquilosaron y no están reaccionando ante este tipo de eventualidades. Los retos que las organizaciones sociales y los grupos antagónicos le están imponiendo al Estado están rebasando la capacidad de muchas dependencias, sobre todo de aquellas encargadas de los servicios de inteligencia.
Los papeles cambiaron en el juego del gato y el ratón. Las advertencias que grupos organizados hacen anunciando que no habrá elección en los lugares donde mantienen fuerte presencia es el principal indicativo de un estrategia de subversión que muchos no han querido ver. Ante la falta de autoridades gubernamentales surgidas de los votos, serán los grupos comunitarios organizados los que formarán gobierno por usos y costumbres. El siguiente paso, aunque muchos no lo quieran reconocer, es la declaración de territorios autónomos en Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán. Después vendrá la escisión y lo que ahora conocemos como México nunca volverá a ser igual. ¿Acaso no lo han entendido nuestros gobernantes? Mas les valiera que comiencen a correr a los inútiles. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.