Cuando los gobernantes aprovechan sus encargos para fines distintos que el de administrar los recursos públicos en beneficio de los ciudadanos, gobernar para todos y coadyuvar en la construcción del futuro previsible, están traicionando no tan solo a los electores, sino al país porque están faltando al juramento que hicieron al tomar posesión del encargo y que está consignado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, lo que quiere decir que están cometiendo el delito de traición no tan solo a la gente que los votó, sino a las instituciones que les permitió en su régimen de libertades acceder al estatus que debiera ser sagrado: servir a los demás. Pero muchos prefieren el camino de la corrupción, del disfrute de prebendas con el dinero de los ciudadanos, y en la mayor parte de las veces con un cinismo que raya en lo grotesco.
Guillermo Padrés, quien fuera gobernador de Sonora, y cuyo mayor mérito fue haber encarcelado a Mario Luna por haberse opuesto a la construcción del acueducto que despojo del agua a la tribu Yaqui, cuyos integrantes l detentaron durante cientos de años por ser el pueblo originario de la región. Pero no tan solo fue el problema del despojo del vital líquido a la tribu, pues el señor se mando a construir una presa en su rancho despojando de derechos sobre el recurso a sus coterráneos. El proyecto final era enriquecerse y beneficiar a sus hermanos. Claro está que cuando fue descubierta la maniobra de inmediato ordenó dinamitar la cortina que detenía el agua para evitar la aplicación de la ley. Después nos enteraríamos que las autoridades del DIF a cargo de su esposa, y algunos funcionarios de alto nivel de la Procuraduría del Menor, entregaban niños de familiares en pobreza, a quienes pagaban altas cantidades de dinero.
Hace unos días Luis Arístiga López Moreno, fue detenido con poco más de tres y medio millones d osos en efectivo, dinero cuyo dueño es el señor Padres, porque hasta ahora el empleado no ha justificado la procedencia lícita del recurso. Así, el señor Padrés y ex colaboradores tienen abiertas más de treinta investigaciones por el uso de recursos de procedencia ilícita, ya que no ha podido explicar el origen de su inusitada y cuantiosa riqueza.
El problema es que las autoridades federales han preferido esperar mejores tiempos antes que actuar con firmeza ante uno de los casos más cínicos de Corrupción que se haya conocido. Ese es el tamaño del cinismo que existe en los tres órdenes de gobierno, donde la Corrupción sigue siendo una lamentable costumbre, pero lo peor es que hasta ahora no hemos logrado penalizarla. Mientras no seamos capaces de meter a la cárcel a corruptos y corruptores no habrá justicia. No importa que muchos de ellos sean los ricos empresarios que se han beneficiado del dinero que aportamos los mexicanos para el sostenimiento del gobierno. Guillermo Padres puede ser un buen ejemplo para comenzar. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.