Si de algo podemos estar ciertos los mexicanos es que la política ha cambiado mucho en este país. Y no es que sea una circunstancia que nos afectará más, porque en lo político las afectaciones siempre las padecen los gobernados y en esta ocasión no será la excepción, simplemente es que al cambiar la forma del interés de nuestra clase política, necesariamente habrá consecuencias que seguirán agravando nuestra circunstancia.
Para comenzar debemos entender que el "practicismo" se define como el alejamiento de la reflexión teórica y la creencia de las ciencias exactas como modelo de acción. A querer o no, esta circunstancia ha venido marcando el ritmo y la dirección de las decisiones políticas. El Partido Revolucionario Institucional enlista en sus documentos básicos un perfil socialdemócrata, pero en la práctica actúa del lado derecho del espectro ideológico, y utiliza el perfil izquierdo para distribuir los apoyos sociales.
Panistas y perredistas son antagónicos ideológicamente hablando, pero se han unido en diversas ocasiones para ganarle al PRI, aunque el producto sea un bodrio sin identidad y programa político. En esa circunstancia es donde ha cobrado vigencia ese ptacticismo amorfo que no va a ningún lado porque las ideologías siguen indicando y explicando los actos gubernamentales aunque nuestros circunspectos dirigentes renuncien a ellas por la única finalidad de alcanzar acuerdos para arribar al poder. Agustín Basave anunció que buscará al Partido Acción Nacional para construir una alianza que pueda ganarle a los tricolores. Basave sabe que ante la negativa de Andrés Manuel López Obrador de hacer una alianza con el perredismo, su ahora partido no cuenta con argumentos suficientes para implementar una estrategia de unidad entre las distintas fuerzas de la izquierda.
También sabe que Ricardo Anaya necesita resultados positivos para incluirse entre quienes aspiran a la candidatura presidencial de los blanquiazules, de ahí el intenso cabildeo que ha venido realizando para establecer condiciones para una eventual alianza que les permita no tan solo ganar gubernaturas, sino echar a los priístas de la Presidencia de la República. Ambos dirigentes entienden que la única posibilidad de alcanzar la victoria dentro de tres años es caminar juntos, aunque pudiera presentarse un escenario de confrontación cuando se tenga que decidir quién sería el candidato presidencial.
Pero eso es lo de menos cuando de arrebatar el poder por el poder mismo se trata. La doctrina y los principios, antagónicos por la naturaleza de los partidos involucrados, fueron mutilados desde que iniciara este tipo de asociaciones coyunturales, porque finalmente aquello de "el fin justifica los medios" sigue siendo un principio vigente. La única diferencia entre el practicismo tricolor y el pragmatismo blanquiamarillo es que los primeros caminan por el lado izquierdo de las ideologías para hacer funcionales los programas sociales, y los perredistas acuden a la derecha para intentar el establecimiento de alianzas con una única finalidad: ganar, ganar. Por ahora todos los partidos son ambivalentes y operan a conveniencia de sus principales exponentes. Esa es la política de hoy. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.