La lucha por el poder siempre ha sido difícil porque implica intereses de diversa índole y la posibilidad de cambiar la historia de los pueblos. El poder se define como la facultad o la facilidad de hacer que las cosas ocurran.
De ahí la importancia de que en este país quienes ejerzan el acto de gobierno, que es la derivación del ejercicio del poder, cuenten con la preparación suficiente para entender la trascendencia de lo que hacen, y sobre todo de lo que provocan desde el poder público. Adquirir la madurez suficiente para determinar a qué sectores poblacionales se beneficia y a cuales se perjudica no es fácil, de ahí que hay que utilizar el poder de forma responsable porque implica no tan solo una gran cuota de preparación, sino un alto grado de intuición y la valentía y sabiduría suficientes para tomar las decisiones de forma certera.
Sin lugar a dudas Oaxaca representa un espacio de poder muy disputado en estos días. Y no es porque el señor Gabino Cue haya construido un monumento a la eficiencia gubernativa, simplemente es que hizo todo lo posible para que el Partido Revolucionario Institucional fuera requerido por propios y extraños para el regreso a la conducción de los oaxaqueños. Y es que no ha sido fácil la tarea que se impuso el señor Cue porque le ha dejado un papelón a los tricolores que ahora están metidos en la disputa por los espacios del poder. No es cualquier cosa una gubernatura, pero también estarán en juego las presidencias municipales de las ciudades más importantes y los cargos de representación popular en el congreso local.
Eso ha propiciado que las familias del poder hayan renovado bríos para impulsar a sus integrantes, principalmente a quienes se identifican como los derechohabientes de las grandes dinastías. Los principales apellidos reseñados son los que corresponden a dos de los últimos gobernadores: José Murat Casab y Ulises Ruiz Ortiz. Hasta ahora ahí se ha centrado la lucha interna tricolor. Claro está que el señor Ruíz no cuenta con un heredero, de ahí que haya enfocado sus esfuerzos en abrir camino para que Eviel Pérez Magaña se posicione como una opción válida para las aspiraciones de recuperación de los tricolores. Del otro lado está José Murat Jr, quien entre otras cosas ha mostrado empaque y dotes de ser un buen administrador en su paso por el INFONAVIT.
Pocos visualizan que ha venido emergiendo un elemento autóctono cuyas habilidades políticas y económicas le han permitido construir diversas empresas exitosas que además han generado innumerables empleos en las zonas más deprimidas del estado. Samuel Gurrión Matías también quiere y puede ya que cuenta con un ejército de activistas que lo siguen incansablemente. Por lo que corresponde a los recursos que se requiere, tiene y ha hecho alianzas con diversos grupos de poder que están muy interesados en que sea gobernador. Gerardo Gutiérrez Candiani aspira a ser el "Caballo Negro", y Mariana Benítez una buena intención nada más. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.