Las equivocaciones nunca resultan buenas a menos que hayan sido calculadas, y en materia de gobierno es donde más se calculan porque significan ganancia para quienes detentan su ejercicio. Finalmente a quien le trasladan el precio es a los contribuyentes, o
sea a quienes mediante el pago puntual de nuestros impuestos mantenemos a las estaturas del gobierno. Pero algunas veces los yerros tienen que ver con las decisiones acerca de quienes serán los que nos gobiernen, y eso también forma parte del juego perverso de los liderazgos partidistas. Se equivocan quienes ejercen el poder, se joden quienes somos gobernados. Así de simple.
Sin lugar a dudas la toma de decisiones se convierte en un verdadero problema cuando los escenarios se complican a causa de la confluencia de intereses, pero en materia política resulta aún más difícil satisfacer las ambiciones de quienes se sienten predestinados para la ocupación de cargos gubernativos o de representación popular, y eso puede generar disyuntivas difíciles de abordar y de solucionar. Cuando hace seis años el Partido Revolucionario Institucional se equivocó en la selección de candidatos a gobernador, surgió una extraña alianza que lo enfrentó y confrontó con quienes desecho para entregar la estafeta a quienes en las decisiones de poder contaban con mayor peso, pero que en el ámbito electoral no reunirían los votos suficientes para ganar.
Mario López Valdés resultó mucho más popular y con mayor "jale" entre los sinaloenses que Jesús Viscarra, un hombre del que siempre se afirmó que mantenía nexos con el crimen organizado. "Malova", acrónimo de su identidad y como le apodaban, era dueño del popular equipo de béisbol "Los Cañeros de Mochis", y por consecuencia querido y apreciado. Finalmente el PRI perdió y pago cara la equivocación. Pero lo mismo ocurrió en Puebla y Oaxaca donde florecieron los gobiernos de la alianza entre panistas y perredistas. Me parece que la primera decisión fue resuelta acertadamente, y fue en el caso de Veracruz donde se le quitó la capacidad de maniobra en la sucesión al Gobernador Javier Duarte de Ochoa. El Comité Nacional del PRI decidió postular a Héctor Yunes Landa el menos apreciado del Gobernador Duarte y el mejor de los tricolores.
Un caso especial se vive en Tamaulipas donde Egidio Torre Cantu detenta la gubernatura. Pareciera que los afectos pudieran empantanar aún más debilidad gubernamental por los vínculos poco recomendables de quién tiene preferencia en el centro del país. La experiencia y la efectividad demostrada está del lado de Marco Bernal. Quintana Roo tiene similitudes con Veracruz. Endeudamiento poco claro y un gobernador que impone su voluntad a ultranza y que prefiere los afectos ímprobos a la capacidad de quién ha demostrado su lealtad y eficacia a la administración del Presidente Peña Nieto. En el sureste se puede repetir el escenario de la alianza triunfadora PAN-PRD si la decisión no se toma bien en Los Pinos, dejando al albedrío del responsable del mayor endeudamiento de la corta historia de la entidad. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.