Vidulfo y el Papa

sinpunto

Sin lugar a dudas la visita del Papa Francisco cambio muchas cosas en este país, y entre ellas la conciencia de aquellos que siguen buscando la forma de culpar al Estado Mexicano de sus males pasados, presentes y futuros.

Y no es una circunstancia que nos tenga que preocupar a quienes no estamos en la posibilidad de tomar decisiones en esa materia, pero las repercusiones que pueden tener esos focos de resistencia juegan un papel muy importante en la cotidianidad de la Capital de la Republica, que es donde los principales instigadores buscan resonar su estrategia. Por eso la petición de platicar con el Papa Francisco para seguir asentando aviesamente que la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa fue obra del Estado.

Vidulfo Rosales, abogado de Tlachinollan, organización de derechos humanos que opera en la zona de La Montaña en Guerrero ha demostrado que sabe muy bien hacia dónde caminar para la obtención de réditos políticos. Hasta antes de que ocurriera la desgracia de Ayotzinapa, el señor Rosales se contentaba con poner de cabeza a las autoridades municipales de la zona, y algunas veces a las estatales. Su presencia ente los muchachos que estudian en Ayotzinapa ha sido permanente, y su trabajo de ideologización efectivo ente los grupos indígenas de la región. De ahí que se haya hecho cargo de la presunta lucha reivindicatoria por la desaparición de los 43 estudiantes, inculpando aviesamente al Ejército para mantener una lucha constante contra el Estado Mexicano.

Una representación de los padres de los normalistas desaparecidos fue invitada a estar presente en uno de los eventos del Papa en Ciudad Juárez, pero después se emitiría un comunicado en el sentido de que declinaron la invitación a causa de conflictos con otras organizaciones. Claro está que eso ha sido una ofensa para quien hasta ahora decide donde, cómo y con quién se reúnen los padres de los desaparecidos. La semana pasada se emitió un boletín a nombre de esos afligidos progenitores negando que existan conflictos con otras organizaciones, y desde luego que quien lo afirmó fue el señor Vidulfo Rosales que también dijo que existe mucha solidaridad de las organizaciones sociales con su causa, con lo que veladamente dio a entender que el comunicado emitido a nombre de Francisco Bergoglio contiene una mentira.

El problema del señor Rosales es que piensa que todos están obligados a rendirse ante sus argumentos, pero el problema de los afligidos familiares de los desaparecidos es que él representa la única esperanza de seguir manteniendo vigente esa lucha que decidieron emprender para reivindicar el nombre de sus hijos. El Señor Rosales acusa ahora al Gobierno Mexicano de haber solicitado al Vaticano que lo sacaran de la agenda papal, y eso le evitó escalar el conflicto al plano internacional porque ya no le basta con los peritos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Los fondos se agotan y los jesuitas ya no le quieren seguir apoyando. Esa es la realidad. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.