Se necesita un muerto

sinpunto 1

Las campañas políticas requieren de muchos elementos que organicen una realidad social proclive a la personalidad y al proyecto del personaje que aspira a ser gobernante o representante popular. Eso quiere decir que hay que estructurar una estrategia para proyectar al personaje como el hombre o la mujer que pueden resolver los problemas de los demás.

 

Eso es lo que le interesa a la gente, lo que le gusta a los ciudadanos, lo que necesitan los deciles más desprotegidos de esa sociedad desigual a la que nos hemos acostumbrado durante tanto tiempo, y de la que pareciera nunca habremos de salir. El problema hasta ahora es que el único camino para alcanzar la igualdad de oportunidades es que salga un político con un esquema más cercano a la gente y a sus intereses.

Al paso que va al señor Andres Manuel López Obrador no le alcanzara lo que haga para llegar a la Presidencia de la Republica, y él lo sabe. No es lo mismo formar y conformar una fuerza política a través de un ideal sustentado en principios y encaminado a la generación de un opción política que oferte a los mexicanos un nueva esperanza, que utilizar los escombros y desechos de otras fuerzas políticas como cimientos para un proyecto que por lo inútiles de sus elementos está condenado al fracaso. Hasta ahora el “prócer” tabasqueño sabe que su nivel de crecimiento político está supeditado a los desechos del Partido de la Revolución Democrática, y que ya no podrá disponer de forma discrecional, como lo hizo en la elección pasada, de los recursos económicos del Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano. Para ganar una Presidencia de la República se requieren votos, y para conseguirlos, mucho dinero.

El discurso del odio tampoco le está redituando adeptos, y ese rencor social que acumuló durante muchos años ya no responde de la misma forma que cuando los arengaba para la realización de las multitudinarias manifestaciones en la mayor parte del sur y sureste del país. La ira y la revancha de los desposeídos ya no garantizan siquiera la mitad de un plantón como el que organizó en Paseo de la Reforma. Sabe que esta es quizá la última oportunidad para lograr lo que tantos años ha soñado: la Presidencia de la Republica, esa que por su forma de hacer las cosas la convertiría nuevamente en esa unipersonal “Presidencia Imperial” de los mejores tiempos de los tricolores. Su concepción personalísima es que el poder no se comparte, y lo ha demostrado desde hace muchos ayeres.

Andrés Manuel López Obrador necesita un muerto para incendiar al país. Resulta una afirmación muy seria, pero lo hago con toda responsabilidad. Sabe que no tiene otro camino para encumbrarse. Por eso la manipulación del movimiento estudiantil sin bases que ha organizado en el Instituto Politécnico Nacional, y a los que ahora encamina hacia la exigencia de hablar con el Presidente de la Republica. Lo que busca es un enfrentamiento y la provocación de la violencia en las calles. Eso le bastaría para incendiar al país y hacerse del poder. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.