A quien ahora le tocó salir ante los medios fue al titular de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña.
Aunque usted no lo crea, afirmó que a pesar de la comprometedora coyuntura financiera internacional, la economía del país sigue creciendo a un ritmo superior al mostrado por otras naciones emergentes y primermundistas, y que todo es
por la composición de políticas macroeconómicas y la instrumentación de las reformas.
Seguramente, lo hace porque ya entendieron en Los Pinos que hay que quitarle el foco al Presidente. Así, la volatilidad de los mercados, el lánguido dinamismo del comercio global, los bajos precios del petróleo y el alza de las tasas de interés en Estados Unidos, “nos hacen lo que el viento a Juárez”. Así de simple, porque como afirma el señor Meade el crecimiento económico alcanzó 2.3 por ciento real anual en 2016, lo que es una muestra del resultado de las reformas.
Qué bueno que las cosas vayan bien para este país, pero la pregunta que me sigo haciendo es: ¿eso quiere decir que le irá mejor a nuestra gente? Porque la riqueza para muchos se acumula en pocos meses,pero la pobreza de los desfavorecidos lleva siglos y parece que llegó para quedarse. Lo peor es que los índices de Oxfam señalan que 80 personas poseen la mitad de la riqueza que la población mundial.
Para saber que tan desiguales somos, solamente hay que acudir a las mismas cifras presentadas por Oxfam, que sigue diciendo que al uno por ciento más rico le corresponde 21 por ciento de los ingresos totales de la nación, y el diez por ciento más rico de México concentra 64.4 por ciento de toda la riqueza del país. Quizá lo que nos tiene que ofender es que la riqueza de los millonarios mexicanos excede por mucho, a las fortunas de otros ricos en el mundo.
La cantidad de millonarios en México creció 31 por ciento entre 2007 y 2012. En ese mismo periodo en el resto del mundo disminuyó 0.3 por ciento. Seguramente, las cifras seguirán viento en popa cuando se haga el recuento de los ricos que genere el actual sexenio. Los 16 hombres y mujeres más ricos del país incrementaron su fortuna en tan sólo 13 años de 26 mil millones de dólares a 142 mil millones de dólares.
No sé si las afirmaciones de Meade Kuribreña sean consideradas verdades a medias, porque nuestra cruda realidad indica que quienes crecen a ritmos superiores al mostrado por otras naciones son nuestros venerables ricos, porque los pobres siguen siendo más pobres cada día, y quienes integrábamos las clases medias ya pasamos a engrosar las filas de la pobreza. Ni como ayudarle o creerle. Al tiempo.
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