Sin lugar a dudas la democracia mexicana es una de las más caras del mundo. Y no es que nos sobre el dinero, simplemente es que nuestros políticos se han acostumbrado a vivir bien y a tener recursos en suficiencia para satisfacer no sólo los requerimientos propios de un sistema político como el nuestro, demasiado caro, sino para cobrar estratosféricos salarios sin que exista justificación alguna para dilapidar el dinero que debiera utilizarse para el bienestar colectivo y no para las élites políticas y sociales del país.
Pese a la disposición constitucional de que nadie en el esquema gubernativo puede ni debe ganar más que el Presidente de la República, tanto los ministros de la Corte como los integrantes de los órganos ciudadanos que forman parte importante del Estado, aunque tengan autonomía de gestión y de recursos, se han asignado salarios que ni siquiera se tienen en el primer mundo o en los países más ricos. Para decirlo claro y preciso, México es un país con una democracia pobre y demócratas ricos.
Un ejemplo de esta dilapidación del dinero público, que entre otras cosas es el que los mexicanos pagamos a manera de impuestos para el sostenimiento del aparato burocrático del Estado, es la asignación que se hizo a la autoridad electoral que contempla cuatro mil 200 millones de pesos para las actividades ordinarias de los nueve partidos con registro ante el Instituto Nacional Electoral, así como dos mil 100 millones para las campañas electorales del próximo año.
Por si la burra se pone arisca y surgen valientes que prefieran ir por una candidatura independiente a la Presidencia de la República, al Senado o a la Cámara de Diputados, la autoridad electoral ha destinado 42 millones 900 mil pesos. Claro está que esta cantidad es nimia en comparación con lo que obtendrán los partidos políticos, pero es lo que por ahora se ha considerado valen las candidaturas independientes. Así, como siempre, los ganones son los partidos políticos.
El Partido Revolucionario Institucional recibirá 547 millones de pesos. Acción Nacional 413, el perredismo 248, el Movimiento de Regeneración Nacional 207, el Verde 184, Movimiento Ciudadano 170, Nueva Alianza 132, Encuentro Social 125, y el Partido del Trabajo 118 millones. ¿Usted cree que esto es justo?
Si tuviéramos un país más justo un ministro de la Corte no ganaría 600 mil pesos mensuales, tres veces más que el Presidente de la República. Ni los partidos políticos recibirían dinero, ni los senadores y diputados obtendrían tres veces más su salario, de por sí alto, por las ayudas para sus gastos.
¿Hasta cuándo habrá justicia para los mexicanos? ¿Hasta cuando tendremos una generación de políticos honestos y solidarios con los jodidos del país? Al tiempo.
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