El candidato a medias

sinpunto

 

Después de los perniciosos efectos del sismo ocurrido en la tarde del martes pasado, donde nuevamente los mexicanos dieron una lección a las autoridades de los tres órdenes de gobierno, Mexico ha entrado en una fase en la que los ciudadanos tendrán que evaluar las decisiones de cada uno de los aspirantes que han manifestado la intención de contender por la Presidencia de la Republica en el 2018. Y me refiero a los efectos del sismo, porque de los resultados en el manejo de la crisis dependerá con mucho el destino de quienes por ahora ocupan posiciones de Gobierno que les permiten aspirar.

Por lo pronto Miguel Ángel Osorio Chong ha tenido que circunscribirse a ser el operador de los diversos apoyos que el Gobierno de la República ha decidido instrumentar en cada una de las entidades que resultaron afectadas.

Ya no fue el principal operador del plan DNIII-E, por el contrario, prácticamente se le borró de la toma de decisiones porque Enrique Peña Nieto decidió que sería él quien estaría al frente de la contingencia, sabedor que le hace falta mucho contacto con la gente, y ésta ha sido una inmejorable oportunidad para reiniciar su propio reposicionamiento.

Quien ha tenido mayor exposición en los medios es Aurelio Nuño Mayer, quien se encargó de supervisar los trabajos de restauración, remodelación y avituallamiento de los planteles escolares de las zonas afectadas por el huracán y el terremoto del 19 de septiembre pasado. Pero a fuerza de ser sincero no creo que ésa sea la forma de placear al señor Nuño con la finalidad de reforzar su presencia política de cara a la selección de candidato que realizará el Partido Revolucionario Institucional.

Del otro lado de la baraja habrá que decir que estos días no le resultaron favorables al señor Andrés Manuel López Obrador con su cantaleta de dedicar una proporción de las prerrogativas federales de Morena para los damnificados, porque resultaría en una grave violación de la Ley Electoral ya que esos recursos están etiquetados para una determinada función, que nada tiene que ver con una decisión unipersonal de quien trabaja como dueño del partido. Es la primera vez que alguien le pone un alto a sus tiránicas decisiones, pero eso no quiere decir que no intente una argucia como aquella de asignar candidaturas por rifa.

Pese al enorme gasto que ha venido invirtiendo en publicidad por todos lados en la capital de la república, y en amplias partes del país, el señor Miguel Ángel Mancera no escala en la percepción de los ciudadanos.

Por el contrario, sus poses de atleta de alto rendimiento, y su intento por parecer indispensable para los citadinos, en los caros anuncios televisivos que pasan todos los días en los canales televisivos del país, lo hace parecer alejado de las necesidades de los mexicanos.

Gobernar desde el gimnasio, u observar lo que hacen los demás no le ministra ningún aire de estadista, como lo han querido o pretendido aparecer sus principales publicistas. Dejar hasta el final de su gobierno la decisión de incluir a los trabajadores voluntarios del Sistema de Recolección de Basura, pensando que serán sus principales publicistas, habla del utilizamiento del dinero público en su beneficio personal. Con todo y los excesos, podrá ser candidato ciudadano, pero de ahí a tener posibilidades reales de triunfo, no lo creo. Peña no ha tomado la decisión, Anaya no puede con el frente que cada día se desgasta más, López ha comenzado a disminuir, y Mancera no pega. Así andan las cosas. Al tiempo.