El Engaño

Sin punto y coma 
Sin lugar a dudas las argucias gubernamentales siempre estarán por encima
de la probidad y de la decencia. Y no es que pretenda endilgar epítetos o calificativos demostrativos a los conspicuos mi menos de la Cuarta Transformación que han comenzado a dar muestras de su peculiar capacidad para mentir y para mantener el engaño de la presunta eficiencia a los mexicanos de todas las latitudes del país, quienes en su mayoría siguen confiando en en las palabras de quien encabeza la Presidencia de la República.
 
Andrés Manuel López Obrador ha sido el arquitecto de ese cambio de gobierno en el esquema Republicano que mantenemos en este Mexico tan nuestro y tan desigual, y ha sido también producto de nuestra vocación democrática, por lo que podemos afirmar que en este país no habrá imposiciones ni intentos de cambiar un régimen que hasta ahora ha estado vigente y muy arraigado entre los mexicanos. Y no es que pretenda negar la circunstancia del avasallador triunfo que logró el Presidente de la República, pero habrá que analizar detenidamente la capacidad de maniobra uñidas con la que sigue contando después de su innegable triunfo en las elecciones presidenciales pasadas.
 
Por lo pronto, en el propio Congreso ha comenzado una lucha por el desgaste de quien encabeza el esquema gubernamental del actual régimen, y podemos estar seguros de que la guerra por el control del país comenzará después de conocer los resultados de las elecciones que se han realizado en diversas entidades de la federación, y aun cuando el Movimiento de regeneración Nacional ha venido encabezando las preferencias desde que Andrés Manuel López Obrador se hizo cargo del poder Ejecutivo, también lo es que hasta ahora las cosas no le han salido lo bien que esperaba.
 
 
Hay cosas que definitivamente no se pueden ocultar durante mucho tiempo, y una de ellas es la circunstancia de la primera gran mentira del Señor Presidente de la República fue una presunta lucha en contra de los huachicoleros con tal de ocultar la crisis en que entró la paraestatal más importante del país, Pemex, que sirvió de parapeto para ocultar los yerros gubernamentales que propiciaron una brutal caída de las finanzas públicas, y la pérdida de enormes cantidades de dinero con las tambaleantes decisiones de inicio del actual gobierno.
 
Ni que decir de la suspensión de las obras del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México después de haber realizado más del 40% de la obra, y cuyas pérdidas las asumiremos todos los mexicanos simplemente porque así se le ocurrió el capricho a quien ahora detenga el Poder Ejecutivo. Ni que decir del Avión  Presidencial que sigue manteniéndose en un espacio en Estados Unidos y por el cual se pagan enormes cantidades de dinero, aparte de la depreciación que e tiempo y el abandono propicien.
 
Pareciera que las ocurrencias y la inquina forman parte de la identidad del Señor Presidente de la República, y aunque todavía mantiene el bono democrático que lo llevó al poder, no tardará mucho en presentarse el desgaste propio en que terminan las erráticas decisiones que ha venido asumiendo, y que están resultado caras en el bolsillo de los mexicanos.
 
Mexico ha cambiado, tenemos que aceptarlo, pero ha perdido la certeza, el rumbo y la dirección que siempre mantuvieron los gobiernos priístas y panistas. Por mucho que haya elementos con experiencia en el Movimiento de Regeneración Nacional, por encima de ellos está el voluntarismo del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Tan sólo en el primer trimestre el Gobierno Federal registró un subejercicio por 23,772 millones de pesos, y los quiere pasar como ahorros. La ineficiencia y la inquina presidencial en todo su esplendor.
 
Foto: Notimex
Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.