Que me disculpen aquellos que son militantes y fanáticos de la mal llamada
Cuarta Transformación, pero se han convertido en cómplices de una de las estrategias de exterminio más deleznables de la historia de la humanidad, y que fue diseñada por ya sabemos quién, y pese a ello siguen asumiendo como instrucción el mantenimiento de medidas que seguirán provocando la muerte en numerosos Mexicanos simplemente porque tienen y padecen enfermedades crónico degenerativas.
Y no se trata simplemente de acusar sin probar, porque las pruebas están a la vista de todos y han sido reseñadas por todos los medios de comunicación del país, y qué de una u otra manera han intentado hacer pública la circunstancia de la falta de medicamentos para esos hombres y mujeres que padecen alguna de esas enfermedades que de no atenderse debidamente, terminarán por enviarlos irremediablemente a la tumba por su condición de pobreza, y por no contar con el dinero en suficiencia para atender sus males.
En este mismo espacio he relatado lo que ocurre en los hospitales públicos de todo el país con la carencia de esos medicamentos que son paliativos para quienes padecen diabetes, enfermedades renales, u otros males crónicos degenerativos que de una u otra manera pueden provocar la muerte de quienes las padecemos. Quizá muchos contemos con los recursos para la adquisición de esos medicamentos que por cierto no alivian nuestros males, pero que son paliativos y ayudan a tener una mejor calidad de vida.
Un crimen de lesa humanidad, según el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, es todo aquel acto tipificado como asesinato, exterminio, esclavitud, deportación, o traslado forzoso de población, pero también hay que señalar que hasta ahora este tipo de atentados contra la población de un país no tienen prescripción, por lo que la persecución será la consciencia de aquellos que en este país han venido consintiendo actos tendientes a mantener el desabasto de medicamentos con tal de enviar los recursos al catálogo de apoyos que se entregan a la población para mantenerlos como voto cautivo y garantizar su permanencia en el poder.
Los mexicanos no podemos ni debemos cerrar los ojos ante el tamaño despropósito porque insisto, es un crimen de lesa humanidad de dejar de adquirir los medicamentos para mantener con vida a esos a quienes por su condición de pobreza no pueden acceder a los medicamentos que les permitan incrementar sus expectativas de vida. El desabasto de medicamentos en los hospitales del país debe lastimarnos a todos los mexicanos, y tiene que enervar nuestra conciencia colectiva para hacer un reclamo ciudadano.
No sé si en su infinita ignorancia el señor Andrés Manuel López Obrador esté segando vidas de hombres y mujeres de condición humilde, o si lo hace con toda la mendicidad que se requiere para tomar una decisión de este tipo. Muchos hemos insistido en el tema, pero pareciera que poco le importa lo que ocurra mientras tenga el dinero en suficiencia que le garantice los votos en suficiencia para el caso de que los mexicanos tengamos que decidir si permanece en el poder o se va a su casa. La mendicidad en su máxima expresión. Al tiempo.
Vladimir Galeana Solórzano
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