Sin lugar a dudas ya se acostumbro a hacer lo que le viene en gana. Así lo ha hecho siempre y nunca hubo nadie que detuviera su maldita
costumbre de violentar el estado de derecho y de violar cuántas leyes le pusieran enfrente.
Ese es el monstruo que construimos y que ahora pareciera que no podremos detener en sus ansias de destruir al México que nos hemos dedicado a construir desde hace poco más de doscientos diez años. Han sido muchos y grande el esfuerzo, pero por desgracia, en muy poco tiempo el México que edificamos ya no será el mismo.
Hay que decirlo con todas sus letras, Andrés Manuel López Obrado camina a pasos agigantados hacia la dictadura, y lo esta permitiendo la pasividad de quienes siempre nos hemos dedicado a trabajar para engrandecer al país y hacerlo un mejor lugar para vivir.
Y lo digo como mexicano convencido de que no podemos permitir que el señor pueda hacer con el esfuerzo colectivo de más de ciento veinte millones de habitantes lo que le venga en gana, porque este país no es de su propiedad.
El gobierno federal autorizó hoy mediante un acuerdo administrativo a las Secretarías de Salud, Defensa y Marina, INSABI, IMSS e ISSSTE, a contratar personal sin cédula profesional de otros países, contrario a lo que establece la Ley General de Salud. Y eso quiere decir que vendrá gente de los lugares en los que el populismo ha alcanzado su mayor grado de refinación, y por consecuencia lo que sigue será el horror de observar cómo se implanta en este México al que tanto hemos defendido a lo largo de la historia, y que se convertirá en el mayor laboratorio de la estupidez.
El siguiente paso será que los mexicanos comiencen a ser relegados para empobrecerlos más, porque para que el proyecto tenga éxito se requiere que vengan quienes lo operaron exitosamente en Venezuela, Cuba, Brasil, y otros países más que se sumaron a la ola populista en América Latina.
Ahora resulta que el acuerdo establece que las Secretarías de Salud, Defensa, Marina, el Instituto de Salud para el Bienestar, el Instituto Mexicano del Seguro Social o el ISSSTE, serán el refugio de presuntos trabajadores de la medicina que llegaran sin contar con un título profesional.
De lo que se trata es de relegar a los médicos mexicanos que tanto tiempo nos ha costado preparar para mejorar la salud pública, y suplirlos por los que provengan de Cuba, Nicaragua o Venezuela, para adecuar los programas de atención y derechohabiencia a las exigencias de la Cuarta Transformación de comenzar los procesos de precarización de la vida en este país, para que todos tengamos que sujetarnos a las bondadosas listas de empleados públicos que nos controlarán y permitirán mal comer.
Para aquellos que vendrán a suplir a las eminencias médicas que tanto hemos cuidado, el único requisito que se pedirá es que la autoridad sanitaria del país de origen los haya habilitado como profesionales de la salud. Es decir, el único requisito "académico" será que la autoridad sanitaria del país de origen –no las instituciones académicas y sanitarias de México, como establece la Ley– los haya habilitado como "profesionales de la salud". Cuba, Venezuela, Honduras y Ecuador, serán los aliados principales de Andrés Manuel López Obrador en el apoderamiento que hará de las estructuras prioritarias del país para convertirse en el nuevo dictador latinoamericano.
¿Lo permitiremos los mexicanos? Al tiempo.
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