Sin lugar a dudas la vida de Andrés Manuel López Obrador ha transcurrido en un interminable debate en el que defendiendo sus posicionamientos ha ganado espacios en los medios de comunicación. Para decirlo de una forma más ortodoxa, el tabasqueño entendió pronto para qué sirven los medios de comunicación, y la forma en que se tienen que usar para ser referenciado y relatado, aunque en la mayor parte de las veces las críticas estén por encima de los razonamientos.
Lo importante para su propósito era estar constantemente en los medios, ser relatado, abordado, entrevistado, o simplemente reseñado con sus desplantes y mentiras. Si algo tenemos que reconocer es que siempre supo cómo lograrlo, aunque muchos hayan señalado que la falta de ética para hacerlo a través de acusaciones inexistentes y mentiras constantes lo vistieron de lo mismo que acusaba a los demás. Pero eso era lo que menos le importaba, porque como dicen por ahí, el fin justifica los medios.
La personalidad del tabasqueño es la polémica, y siempre ha estado ahí para debatir sin importarle el resultado del porque el propósito ha sido ocupar un lugar en los medios de comunicación. Siempre supo qué decir para ser relatado sin pagar un solo centavo porque se convertía en noticia, y en muchas ocasiones gano la nota principal en los medios nacionales por sus acusaciones y sus excesos verbales. Esos mismos que ahora utiliza para desviar la atención de los errores y los excesos de sus principales colaboradores.
Manuel Bartlett sigue siendo uno de los frentes más vulnerables por sus excesos como funcionario público y por el cinismo con que se ha conducido en su vida política. Le gusta presumir su riqueza mal habida, quizá porque como aconsejan los consultores en comunicación, el cinismo es el mejor camino par evitar el escarnio popular, tal como lo ha hecho siempre el Presidente de la Republica. Por eso no lo ha reconvenido públicamente, porque son Igual de cínicos y trabajan en el mismo equipo.
En las últimas semanas el Presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido cuestionado por el pésimo manejo que ha tenido su gobierno con el problema del Coronavirus, pero sobre todo porque ha ocultado cifras de contagios y de los muertos que la pandemia ha ocasionado. No es algo novedoso que Andrés Manuel López Obrador, ahora Presidente de la Republica, mienta, porque lo ha hecho toda su vida y también desde que ocupa las instalaciones de Palacio Nacional. Para decirlo mejor, si hay un mexicano corrupto por todos lados, se llama Andres Manuel López Obrador.
La línea 12 del metro es un Suceso que los mexicanos no debemos olvidar. Porque ahí se gestó uno de los robos más importantes de la historia patria. Treinta y cuatro mil millones de pesos fueron hurtados por Mario Delgado y Marcelo Ebrard. Esos fueron los recursos que el señor López Obrador gastó durante seis años para hacerse de la Presidencia de la Republica. Si hacemos cuentas, fueron dos mil ciento noventa días de campaña en seis años, gastando diez millones por día, invirtieron veintiún mil novecientos millones de pesos. Eso quiere decir que todavía les sobraron doce mil millones de pesos. Así se compro la Presidencia de la Republica. Al tiempo.
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