La estupidez forma parte de la #4T dirán muchos, pero la realidad indica que estamos ante uno de los proyectos políticos más elaborados de los últimos tiempos en este país.
Hasta ahora hemos venido tildando de lerdo al Presidente de la Republica, pero a cambio de esa particularidad, que no es otra cosa más que una refinada estrategia de distracción, los operadores políticos han dedicado a sembrar las bondades del proyecto entre los públicos más rezagados en lo social, lo cultural y económicamente. No es una estrategia muy difícil de descifrar puesto que esta basada en uno de los libros de Nahomi Choampsy, y en muchos de los apuntes de Hugo Chávez.
Claro está que el camino que siempre siguió para obtener en su cuarta elección la Presidencia de la Republica, fue diseñado en la doctrina populista Centro y Sudamericana que hasta ahora ha dado muchos éxitos en cuanto a la forma de incautar o sembrar esperanza en los deciles sociales de mayor pobreza, utilizando las mismas predicas reivindicatorias que en su momento fueron vertidas por Hugo Chávez, y desde luego recibiendo asesoría por parte de especialistas enviados por Nicolás Maduro. así de simple se gestó la derrota del sistema político mexicano.
Andrés Manuel López Obrador tiene prisa por incrementar su base social porque no quiere una sorpresa en la elección intermedia, porque si logra mantener la mayoría en el Congreso, sin pudor alguno pondrá a sus obedientes legisladores a hacer lo que sea con tal de cambiar la Constitución para su siguiente reelección. Para decirlo más claro, el perfil de López Obrador no da para calificarlo como un estadista según lo han señalado algunos especialistas del fenómeno político, pero si le da para implantar el autoritarismo en el país porque tiene muy definida esa vocación.
Por lo pronto, la lista de sus mentiras, que pudieran ser el inicio de su derrumbe si fueran bien utilizadas por los publicistas de las oposiciones, si es que logran conjuntarse, también pudieran ser su más letal antídoto, pero hasta ahora el temor a la descalificación ha sido mayor que el valor para emprender la reconstrucción de una oposición única que lo confronte en todos los espacios públicos, en todas las plazas, en todos los círculos sociales, y en los rincones del país.
Para decirlo más claro, una estrategia de desgaste tendía que ser instrumentada en todas las partes del país todo el tiempo, porque de lo contrario podemos tener la seguridad de que arrasara en la elección intermedia, y se convertirá en otro más de los dictadores populistas. No puede haber medias tintas, o se conforma un bloque opositor con todas las oposiciones, o este país puede ser borrado de la lista de las naciones democráticas en el mundo y el hemisferio. Así de sencillo, o se es, o no se es.
La lista de los yerros están a la vista, el desfalco de las finanzas públicas es parte de la 4T. El asalto del Banco de México es fundamental en la estrategia del control total, no tan solo de los procesos de la economía, sino del de la emisión de moneda. El “indicador de la felicidad” pudiera suplir los balances mensuales, semestrales y anuales del Banco de México, y seguramente seremos el país más feliz del mundo en las mediciones realizadas por los honorables miembros de la 4T. Así las cosas en la fetidez de un gobierno propagandístico que miente a su base social, que son los pobres. Al tiempo.
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