Por desgracia las cosas no van bien para el país. Andrés Manuel López Obrador pareciera ser un adorno más en la pandemia y en la crisis económica que provocará el aumento de millones de personas en situación de pobreza sin que hasta ahora haya hecho algo que minimice los riesgos del colapso económico y la merma en las finanzas públicas que muchos han advertido brotaran en cualquier momento. Para decirlo de otra forma, el país está en un riesgo brutal de encaramarse en una crisis interna que podría incluso ser violenta.
No tan solo los especialistas del Banco de México han avizorado la posible catástrofe, las propias instituciones económicas internacionales lo han advertido, pero eso parece importarle poco al inquilino de Palacio Nacional porque el empobrecimiento generalizado es parte importante del proyecto de transitar hacia un gobierno populista, esos que se dedican a mantener cuotas de mendicidad con el magro financiamiento público por la falta de ingresos, y entronizando a la clase gobernante en el estatus de dirigentes con plácidas comodidades con tal de que sigan siendo obedientes y leales, aunque la gente se muera de hambre.
Así ocurre en muchos países del Continente cuyas poblaciones escucharon el “canto de las sirenas” de líderes disfrazados de redentores sociales que prometieron que nadie más volvería a carecer de los elementos indispensables para afrontar la vida y mantener a sus familiares. Y efectivamente cedieron a esa tentación populista que ahora los mantiene en condiciones deplorables de vida, con un futuro segado de libertades individuales y colectivas, porque la Guardia Nacional sale a las calles a reprimir violentamente cualquier brote de insurgencia sea grande o pequeño.
Los mexicanos no podemos cerrar los ojos a lo que ocurre en Venezuela, Argentina, Brasil, Ecuador, Cuba, Nicaragua, y El Salvador, a quienes el propio Andrés Manuel López Obrador les ha regalado dinero de los mexicanos para que puedan solventar sus tiránicos proyectos, porque cuando un pueblo sale a las calles a buscar el sustento de sus hijos, la violencia está a la vuelta de la esquina. Así funcionan las reacciones populares, y en México hasta ahora todo ha sido miel sobre hojuelas por la magnitud del número de pobres que tiene el país.
Por desgracia la mayor parte de ellos no cuenta con la capacidad de avizorar cuales si las verdaderas pretensiones del Presidente de la Republica, y menos cuando les ha prometido que tendrán dinero en suficiencia para no pasar privaciones aunque los miembros de las familias no trabajen, porque ese es el propósito, someterlos a las dádivas del Estado Benefactor y mantenerlos como un rebaño que camine en la dirección que la magnanimidad del presunto líder les indique.
La catástrofe para este país está a la vuelta de la esquina! Y los números no mienten. La inflación anualizada es de 3.99%, la más alta en catorce meses. Durante el segundo trimestre de este año se han perdido siete millones de plazas de trabajo, lo que incrementa los niveles de pobreza y la disminución del poder adquisitivo. Para colmo de males, PEMEX registró en Julio su nivel más bajo de producción de crudo en las últimas décadas con un 45% de merma, pero la administración de López Obrador cancela un adeudo fiscal a una empresa de un amigo suyo, Juan Manuel Muñoz, la cantidad de 92 millones de pesos, quien se declaró culpable en una Corte de Estados Unidos por los delitos de Lavado de Dinero del narcotráfico, y distribución de cocaina. Pobre país, pobres mexicanos. En las siguiente entregas seguiré relatando este tipo de decisiones delincuenciales desde la estructura del Gobierno Mexicano. Al tiempo.
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