Sin lugar a dudas Andrés Manuel López Obrador es infinito. O es que quizá tiene un equipo de hombres y mujeres especializados en el diseño de ocurrencias con tal de marcar una sustancial diferencia con los gobiernos tricolores y blanquiazules.
Y si de eso se trata, en lo personal creo que están logrando sus fines primordiales, que indudablemente es el establecimiento de las bases para una nueva forma de gobernar colocando en el centro del debate el antes y el después, con la salvedad de que tendrá que afrontar las consecuencias del engaño y los constantes dislates que se cometen en nombre de la democracia y el afán de mostrarse diferentes.
Hasta ahora lo único que han logrado es inundar de palabras y promesas a esas masas que esperan con avidez el cumplimiento de lo que durante tantos años pregonó por todos los rincones de este país.
El problema es que una cosa es sembrar esperanza, y otra tener dinero en suficiencia para satisfacer la demanda de esa esperanza, y el cumplimiento de la oferta fácil y que llena las aspiraciones de los millones de menesterosos con que cuenta este país. Pero también hay que señalar que nunca el presupuesto gubernamental alcanzará siquiera para paliar un poco de la pobreza que agobia a la mayor parte de los mexicanos.
Hay que decirlo con todas sus letras, lo único en que Andres Manuel López obrador ha tenido mucho éxito, independientemente de sus prédicas llenas de reivindicación, es en el empobrecer más a los mexicanos. De ahí su referencia a la pandemia de coronavirus cuando le salió de lo más hondo de sus afanes personales la cita de “nos vino como anillo al dedo”. Y efectivamente, ahora el gobierno que encabeza tendrá que hacerse cargo de más de diez millones de mexicanos que engrosaron la lista de pobres. Esa es su principal finalidad, y por desgracia lo está logrando.
Por otra parte, cambiar el régimen político surgido del movimiento popular armado de 1910 es una de sus prioridades, pero no será fácil porque el sistema político sigue vigente y seguirá con él o sin él. Porque sus bases siguen firmes en los principios que hemos arraigado en nuestra cotidianidad porque surgieron de un movimiento necesario y el Congreso Constituyente de 1917 supo plasmar en la letra constitucional. El modelo de país, y la sociedad se ha encargado de ratificarlo durante más de un siglo. Para decirlo más claro, podrá no gustarle, pero el modelo que intenta con engaños implantar no ha calado en el ánimo de los mexicanos. Hasta ahora su “economía moral” no ha sido entendida por los mexicanos, y sinceramente no creo que la entiendan, porque la principal meta de Lopez Obrador es la miseria, y choca con el modelo aspiración al que nos hemos acostumbrado los mexicanos.
Lopez Obrador es enemigo del avance del conocimiento porque su principal causa es el engaño y la manipulación. Y aunque cuenta con un gran mercado entre los menesterosos de todas las Regiones de este país, de algo ha servido el modelo educativo implementado a partir del movimiento social más importante del siglo veinte que permite el razonamiento de amplios sectores sociales que identifican con severidad el modelo de país que quieren. No pretendo desdeñar esa base social que durante muchos años ha construido en todo los rincones de este alicaído país, pero la realidad no tardará en presentarse porque no existirá nunca dinero en suficiencia para mantener una planta improductiva por muy miserable que sea diseñada.
Hay que decirlo claro, si no existe una base trabajadora que tribute para que el gobierno tenga dinero, el fracaso estará a la vuelta de la esquina. Empobrecer a los mexicanos es un despropósito que le saldrá caro a esta país, pero sin lugar a dudas la elección Intermedia será el parteaguas que marcará el destino real de este Mexico tan nuestro y vilipendiado por la Cuarta Transformación. Si la gente decide otorgarle mayoría al Movimiento de Regeneración Nacional la destrucción del país estará a la vuelta de la esquina con la implantación de una dictadura populista que depredará todo lo que hemos construido durante más de doscientos años. La Economía Moral no tiene nada de moral. El crecimiento de la militancia de FRENA es brutal, pero como se organizarán los mexicanos? Esa es la pregunta más difícil de responder. Al tiempo.
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