Nada nuevo en el escenario político y económico de la mal llamada Cuarta Transformación, porque hasta ahora el único logro que puede presumir es haber fabricado diez millones de nuevos pobres.
Pese a todas las promesas y la propaganda de campaña de eliminar la corrupción, propio Presidente de la Republica ha resultado afectado por sus hijos, sus hermanos, y la disposición discrecional que hasta ahora ha realizado con el dinero de todos los mexicanos.
Sin lugar a dudas la impunidad y la carencia de rendición de cuentas será la identidad de este gobierno, y eso es grave porque la mayoría morenista en el Congreso de la Unión se verá severamente manchada por la complicidad y la complacencia para instrumentar cuanta ocurrencia tenga el señor Presidente de la Republica, disponiendo de las rentas públicas que hasta ahora poco han beneficiado a esos diez millones que se agregaron a los índices de pobreza a causa de los desatinos mañaneros y la pandemia del Coronavirus. Para decirlo más claro, no hubo mucho que informar, porque muy poco se ha logrado.
Pero no es solamente esa peculiaridad, y me refiero a la disposición arbitraria de los dineros del pueblo para trasladarlos a las ocurrencias de un hombre que incumple la ley y la rendición de cuentas, pero que además de ignorante lo único que sabe es arengar a las multitudes populistas y decirles que él es honesto y que ya no existe la corrupción en las estructuras gubernamentales, aunque las evidencias han sido abrumadoras y de toda índole, pero el cinismo está por encima de todo, y hay que reconocer que la base social del Presidente hasta ahora sigue siendo amplia.
La tragedia que se avecina será muy grave, y es que para desgracia nuestra la población en situación de pobreza seguramente aumentará en cerca de los diez millones de personas producto de la pandemia que enfrenta el mundo. Para decirlo más claro, ninguna de las crisis anteriores fue manejada tan irresponsablemente por Mandatario alguno, pero habrá que insistir en que el verdadero proyecto de un gobierno populista es el empobrecimiento generalizado para mantener como rehenes políticos a los menesterosos a través de ayudas oficiales para que mal coman y mal vivan.
Pero también hay que puntualizar que esos diez millones de personas que entrarán en la pobreza, guardaran una rencorosa insatisfacción para un gobierno que abdicó de su obligación de generar condiciones de progreso y desarrollo para mantener estándares mínimos de oportunidades, y los condenó al ostracismo por causas políticas y él hambre de poder de un hombre que de forma desquiciada busca enfrentar a los mexicanos imponiendo aquello de “"divide y vencerás”, aunque en ello nos vaya mal. Los datos duros indican que la población en situación de pobreza podría aumentar hasta en 9 millones 800 mil personas. Es decir, casi 10 millones de mexicanos que no eran pobres empezarán a serlo. Ninguna de las crisis anteriores produjo tanta miseria como la que está produciendo esta.
Pero también hay que sumar el desmoronamiento de las clases medias por los magros de sus ingresos, de sus oportunidades de empleo, de su movilidad social, y de su horizonte de futuro. El INEGI ha señalado que el comportamiento de las empresas en los últimos meses dan una idea de la crisis de ese sector. Según las cifras, en estos meses trágicos casi 45 por ciento de las empresas han despedido gente, y casi 50 por ciento de ellas han reducido salarios y prestaciones al personal que conservaron. Hay millones de mexicanos que aun contando con empleo disminuyeron sus ingresos y ahora son más pobres. Del total de las empresas, solo 7.8 por ciento recibió apoyos gubernamentales durante los últimos meses. También es grave que Pemex haya perdido en tan solo seis meses la friolera de 606 mil millones. aunque nos duela, esos son los logros de la Cuarta Transformación. Al tiempo.
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