La Real Academia Española señala que la Demagogia es una práctica política consistente en ganarse con halagos el favor popular. Pero también señala que es una degeneración de la democracia,
consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder. La demagogia es un término del griego antiguo que proviene de dos vocablos: “demos”, qué significa pueblo, y “agein”, que significa dirigir, por tanto, la demagogia significa el arte, la estrategia, o el poder para conducir al pueblo.
De acuerdo a diversos estudiosos del tema la demagogia es una forma de acción política en la que existe un claro interés de manipulación de las masas, agradándola con promesas en las que se incluyen preceptos ideológicos que se basan en halagos y promesas que normalmente no se realizan, y esta circunstancia impone la elaboración de mensajes con omisiones e información incompleta pretendiendo solamente alcanzar el poder político con el favor del pueblo. Y esto es lo que hizo o puntualmente Andres Manuel López Obrador en sus constantes recorridos por todo el país hasta conseguir alcanzar el poder del Estado Mexicano.
Para decirlo con mayor precisión, el discurso demagógico por lo regular es utilizado en las campañas políticas a través de estudiadas formas de comunicación para dejar en la mente del público lo que ellos quieren oír, on el objetivo de conminarlos a que voten por una determinada propuesta política. Un demagogo siempre está preparado para decir a la gente cosas que le agradan y le endulzan el oído, porque normalmente las promesas que se vierten nunca son cumplidas. Por eso se dice que la demagogia es una práctica de manipulación deliberada de quienes aparentan humildad u honestidad con el fin de alcanzar el fervor y el favor de los electores.
Bien decía Abraham Lincoln que ““la demagogia es la capacidad de vestir las ideas menores con palabras mayores”, y tenía mucho de razón porque en este país hemos alcanzado el paroxismo, que no es otra cosa que el grado de mayor exaltación de un sentimiento, un estado de ánimo, o de una sensación. Pero también hay que señalar que originalmente la palabra no tenía un significado peyorativo, y los demagogos eran defensores de la democracia, como Solón y Demóstenes, pero el término evolucionó y se desarrolló a nivel de semántica después de la muerde de Pericles, cuando surgieron nuevos líderes y fueron criticados por su forma de hacer política.
Y esa circunstancia fue la que seguramente hizo concebir él calificativos que la revista Forbes endilgó al Mandatario Mexicano, Andres Manuel López Obrador como un ““demagogo incompetente, más interesado en elaborar discursos y consolidar poder político que en verdaderamente gobernar, implementando políticas públicas sin un verdadero impacto en los verdaderos problemas del país”. Pero poco le importan este tipo de circunstancias al mandatario mexicano, porque su base social aunque ha disminuido todavía le puede alcanzar para mantener la mayor legislativa en la elección intermedia, lo que lo colocaría en la posibilidad real de consolidar el desastre político y administrativo que necesita para mantenerse indefinidamente en el poder a través de la cooptación de voluntades regalando el dinero público.
Hasta ahora el saldo de la administración de Lopez Obrador es un desastre. Durante la crisis económica que hemos enfrentado ha dejado morir al país, a los empresarios, y a las clases medias que son las que mantienen vigente la mayor captación de ingresos públicos. Pero también hay que señalar que nunca podrá quitarse la etiqueta de haber sido el mandatario que ha provocado mayores muertes entre los mexicanos al haberlos abandonado a su suerte ante una de las pandémias más agresivas que ha enfrentado la humanidad. El juicio de la historia lo colocará en el lugar que merece entre los mayores sátrapas de la historia mundial. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en el periodismo.