El populismo ha sido una tendencia gubernamental cuyas estrategias económicas y políticas tienen la finalidad de obtener la simpatía y el apoyo de la gente, y particularmente de los grupos económicamente desfavorecidos con el objetivo de contar con su voto aún a costa de tomar
medidas contrarias a la democracia. Entre sus principales características se encuentra siempre el carisma de aquellos personajes que se asumen como salidos del "pueblo" y cuya principal misión es utilizar al nacionalismo como base discursiva.
La parte central de cualquier intento de modelo populista de gobierno lleva consigo la tendencia o afición a lo popular en todos los ámbitos, y uno de sus principales motores es la economía, quizá no como la valoración que hasta ahora hemos realizado puntualmente en las tablas del crecimiento, o los índices de pobreza y riqueza, sino de la disposición de los caudales públicos sin rendición de cuentas para instrumentar programas de apoyos económicos en los estratos más desfavorecidos de la sociedad con la finalidad de mantenerlos como una base social sólida para utilizarla en los procesos electorales.
Pero también habrá que señalar que una de las principales características del populismo es la instrumentación de la mentira desde las más altas esferas de gobierno, para mantener un engaño permanente entre aquellos que a través de las dádivas y los apoyos gubernamentales se convierten en rehenes de la pobreza, antagonizando con quienes con su trabajo constante y su preparación académica han logrado una exitosa inserción en los procesos de la economía. Es decir, que a base de esfuerzo y tesón han alcanzado sus metas profesionales o personales.
Pero si algo tenemos que aceptar es que el populismo también se ha significado como "La Doctrina de la Mentira", porque los registros de los gobernantes que han adoptado al populismo como un mecanismo de gobierno para alcanzar la aceptación de los estratos más desprotegidos de la población, que por cierto, en los países del llamado ""Tercer Mundo", han sido la mayoría, manteniendo una base sólida de votantes cooptados mediante las dádivas institucionales, que aunque no resuelven su problema de pobreza, están dispuestos a mantener la simpatía por quienes se asumen como benefactores del pueblo.
Andres Manuel López Obrador ha llegado al clímax de su populismo pues está a punto de duplicar las mentiras vertidas por el Expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo que quiere decir que su contabilidad en tan solo dos años es mayor que su ex homólogo norteamericano en cuatro años. De acuerdo al conteo que empresas especializadas han realizado en los dos años de su gobierno, el tabasqueño ha sostenido un promedio de ochenta mentiras por día en sus conferencias mañaneras, y ni que decir de sus alocuciones públicas de adoctrinamiento, que hasta ahora incrementan en un cincuenta por ciento los niveles del engaño que ha montado durante toda su carrera política.
Los mexicanos de estos tiempos han perdido el valor del significado de la verdad, porque han sido cooptados por la generosidad de las dádivas institucionales sin entender la trampa en que han caído porque de lo que se trata es de mantenerlos en la pobreza, y por consecuencia están renunciando a la posibilidad de luchar por insertarse en los mercados que en mucho los ayudarían a salir de su mendicidad, porque nunca los regalos gubernamentales serán suficientes para mantenerlos en condiciones de superar su pobreza. De eso se trata, de que los pobres ensanchen su número para que sean los votantes cautivos del proyecto populista encabezado por Andres Manuel López Obrador. Brutal la mendicidad de quien por ahora encabeza el gobierno, y brutal la mendicidad a la que ha condenado a los pobres de este país. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en el periodismo.