El asalto del poder

Sin lugar a dudas aquella cantaleta de que era un demócrata no fue más que una argucia discursiva para convencer a los mexicanos de que era el mejor prospecto para dirigir los destinos de este país. El problema es que muchos mexicanos le creyeron y ahora padecen las consecuencias de un
autoritarismo que ha rebasado los límites del respeto institucional que los mexicanos nos hemos dado y que fueron producto de un violento movimiento social que provocó la muerte de más de un millón de mexicanos. 

Y pareciera aberrante lo que voy a señalar, pero pareciera que Andres Manuel López Obrador pretende imponer un nuevo número de muertes violentas que lo reverencien al final de su mandato como uno de los mandatarios más irresponsables de la historia patria. Y también seguramente tratará de que su nombre quede para la posteridad como el magnánimo por apoyar con dádivas a los pobres de este país, cuando en realidad lo que está haciendo es utilizar el dinero público como un vehículo para garantizar su reelección, de ahí que tanto se haya afanado por ganar la elección venidera y asegurar su permanencia por muchos años como lo ha hecho los gobiernos populistas del Sur del Continente.

Los mexicanos no podemos cerrar los ojos ante el proyecto populista y de permanencia que sigue incubando el tabasqueño, y pondrá todo de su parte y regará el dinero necesario para que Morena y sus satélites alcancen la mayoría calificada que le ha otorgado la oportunidad de convertirse en un cuasidictador. De ahí que si de algo podemos estar seguros los mexicanos es que hará todo lo necesario para arrancarnos ese Mexico que hemos construido con muchas etapas en que se derramó la sangre de nuestros hermanos, y todas las veces que hemos sido capaces de reconstruirlo.

De lo que podemos tener seguridad los mexicanos en estos momentos de agobio, es que Andres Manuel López Obrador hará lo que tenga que hacer para alcanzar esos cambios que requiere no tan solo para consolidar su proyecto de permanencia a través de la reelección como ya lo ensayó con el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y también que irá por mayores cambios en materia de energía eléctrica y de hidrocarburos para detentarlos de forma personal, como si fueran de su propiedad, y borrar del esquema del Estado Mexicano a esos órganos autónomos que tanto aborrece por la autonomía de su operatividad.

Por eso necesita una nueva mayoría, porque requiere de ella para realizar los cambios constitucionales que le sean necesarios con tal de mantenerse en el poder por tiempo indefinido borrando de la letra constitucional la rendición de cuentas que tanto aborrece. Por ello insisto en que los mexicanos no podemos cerrar los ojos, porque de la misma forma engañaron aquellos que antaño asaltaron el poder en este país. La historia no miente, los hechos están ahí y los padecimos durante muchas generaciones. 

Ante el desdibujamiento de los otrora principales partidos que ahora se han convertido en minúsculas partículas de un sistema democrático que han sido avasalladas por la mayoría morenista, la mendicidad de sus principales liderazgos no permite la creación de una verdadera fuerza opositora que antagonice el asalto al poder realizado por un sujeto cuyas ambiciones de trascendencia se registrara en las páginas de nuestra historia como uno de las etapas más amargas del país. Lo único que nos queda es la conciencia ciudadana, esa que tiene y puede cambiar nuestro destino que hasta ahora indica que el desastre está a la vuelta de la esquina. 
 
Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en el periodismo.