POBRE PRI, POBRE PAÍS

Sin lugar a dudas el otrora partido hegemónico no encuentra la ruta para su reposicionamiento en el electorado de este país. Y no es que resulte muy difícil ante los dislates presidenciales y la baja del Movimiento de Regeneración Nacional entre los mexicanos de todos los rincones del país. El problema

es que Alejandro Moreno se ha dedicado solamente a observar acontecimientos sin intentar una reestructuración profunda que le permita a los militantes convertirse en una fuerza opositora con peso real para que sirva de instrumento de ese cambio que añoran la mayor parte de los ciudadanos ante los excesos presidenciales.

Desconozco si el exgobernador de Campeche entienda la circunstancia que está viviendo este país y el peligro real que existe de que el Presidente de la República atente contra uno de los mayores logros que alcanzó la otrora fuerza hegemónica que mal que bien ayudó a la consolidación del actual régimen, porque lo lleva en su lema de ““ Sufragio Efectivo, No Reelección ”, y que ahora corre un verdadero peligro ante las ansias dictatoriales que ha mostrado Andres a anule Lopez Obrador, y quien veladamente está intentando construir un escenario propicio para reelegirse.

De no existir la posibilidad de unificar a la mayor parte de los partidos opositores, el destino del México que hemos construido durante mucho tiempo será el caos y el autoritarismo. Mal hace la mendicidad y el egoísmo de quienes detentan la capacidad de evitar esa lamentable circunstancia que mucho nos pude costar, y que por su complicidad o ineptitud ponen en riesgo la viabilidad armónica de más de ciento millones de habitantes que tiene este país, que mucho ha luchado por mantenerse unido y construyendo escenarios viables para mantener nuestro sistema democrático.

Las agresiones orquestadas desde Palacio Nacional contra algunos gobernadores elegidos democráticamente, y en especial utilizando las instituciones de procuración de justicia que en el papel gozan de una autonomía que el titular del Ejecutivo ha violentado con la complicidad de Alejandro Gertz Manero, ese senecto y pasivo elemento que algún día pensamos que debería tener la hombría y la decencia para entender que su función no es postrarse ante los excesos del poder, sino la defensa de todos los mexicanos, serán registrados por la historia como una de las etapas más negras a causa de la traición de un Presidente que siempre se dijo “demócrata”, y que al cabo del tiempo ha mostrado su totalitarismo y su desprecio por la democracia, esa que lo llevó al poder.

Antes que intentar la reunificación de todos los hombres y mujeres que algún día distinguieron al PRI como el constructor de las condiciones de competitividad actual, aceptando la alternancia, Alejandro Moreno se prepara para satisfacer una de sus más ególatras ansiedades: contender por la Presidencia de la República aunque sea registrado por la historia como el enterrador de la principal fuerza opositora, cuando lo que se requiere en estos momentos es una gran alianza que detenga las ansias dictatoriales del ocupante de Palacio Nacional.

Alejandro Moreno podrá ser candidato de su partido a la Presidencia de la República, pero la circunstancia actual indica que lo único que logrará es hacer el ridículo. Aunque quizá ya haya realizado un pacto para traicionar la confianza de los menguados tricolores. Lo único o que puedo decir es que en Azcapotzalco el mejor candidato a la Alcaldía, es Jose Valdes, a quienes los dueños del PRIDF, Cuauhtemoc Gutiérrez de la Torre, e Israel Betanzos le han vedado el camino, con toda la tolerancia de Alejandro Moreno que se iguala al ““Cártel de la Basura” encabezado por un delincuente y violador. Pobre PRI. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.

Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en el periodismo.