Nunca antes en este país habíamos tenido que aguantar una estupidez como la que vertió el Presidente Andres Manuel López Obrador cuando se realizó el debate entre los candidatos a la Presidencia de la República, y donde las referencias burlonas del Gobernador de Nuevo León Jaime Rodriguez
Calderon fueron la constante. Quien iba a decir que el tabasqueño ganaría la elección y haría realidad esa exclamación que tanta risa causara en muchos mexicanos que la tomaron como una más de sus ocurrencias, y que ahora resulta una amarga pesadilla: ““Abrazos, no balazos”. Lo que no entendimos los mexicanos es que su colusión o entendimiento con el crimen organizado, como muchas veces se mencionaba, es ahora una lamentable realidad.
““Abrazos no Balazos” es ahora la desgracia de muchas partes de este país. Y lo peor es que hasta ahora no existe una estrategia para combatir al crimen organizado, vaya, ni siquiera para disuadir que es lo más lamentable. Aquella versión de que el narco estaba financiando la campaña que le permitió alcanzar su más Preciado anhelo al precio que fuera, pareciera confirmarse, porque hasta ahora se ha negado a combatir a los grupos armados que pululan por todas partes de la geografía de este país sin que nadie ose molestarlos.
Pese a las innumerables muertes provocadas por la violencia de esos grupos armados que pululan por todas las regiones del país, se sigue negando a combatirlos. Los mexicanos quedamos azorados después de enterarnos de la orden que dio al Ejército Mexicano que había logrado aprehender en Culiacán a Ovidio Guzman, de dejarlo en completa libertad, sin importarle el precio que habríamos de pagar en vidas, porque hasta ahora en lo que va de su administración se acumulan casi sesenta mil homicidios dolosos. Y eso quiere decir que cada día son asesinadas noventa y siete personas en este país.
Nunca antes habíamos imaginado una cifra de noventa y siete asesinatos por día. Y ese es un récord único en el Continente, y es importante que los mexicanos no lo olvidemos nunca, porque el Presidente está consciente de que su populista disparate ha segado la vida de muchos hombres y mujeres que nada tiene que ver con la actividad delincuencial y mucho menos con el tráfico de estupefacientes. Pero lo más grave es que las distintas expresiones armadas incidieron en los resultados de la última elección, y como lo afirmó el Gobernador de Michoacan, Silvano Aureoles Conejo, se encargaron de evitar que el Movimiento de Regeneración Nacional perdiera en muchas partes del país y alcanzara la mayoría parlamentaria.
Eso motivó el reclamo del inquilino de Palacio, y en una de sus conferencias lo increpó y le solicitó que le mostrara las pruebas de la colusión de su partido con el crimen organizado. Silvano Aureoles le tomó la palabra, y le señaló que se las llevaría, pero cuando intento entrar a Palacio Nacional para mostrárselas, simplemente le dijeron que no podía pasar hasta que lo autorizara el Presidente de la República. Estuvo tres días esperando en la puerta principal, y nunca le fue franqueado el paso, seguramente porque tuvo miedo que las pruebas mostraran esa colusión entre el partido del Presidente y el crimen organizado. Por cierto, ese crimen que hasta ahora no se combate y que hace lo que le viene en gana con la complacencia de un Fiscal General que se hace “tonto” para no meterse en problemas.
Mexico es ahora un narco estado, y lo sigue permitiendo el señor Andres Manuel López Obrador quizá agradecido por los fondos que se afirma le ministraron los miembros de la delincuencia organizada para que hiciera una campaña permanente. ¿Hubo algún pacto? Hasta ahora no lo sabemos, pero no hay mal que dure cien años, ni pueblo que los aguante. Lo mismo ha ocurrido en Venezuela, en Nicaragua, en Cuba, en Bolivia, y en otras partes en que los gobiernos toleran las actividades criminales de quienes han construido considerables fortunas al amparo de la permisibilidad gubernamental para pretender seguir envenenando a los norteamericanos, que son el mayor mercado para la venta de estupefacientes. Pobre México com un Mandatario que consiente al Crimen Organizado como todos los gobiernos populistas del Continente. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en el periodismo.