Hay quienes nunca aceptan su circunstancia porque piensan que son poseedores de los mejores atributos que pudieran desarrollar los integrantes del género humano, y en la mayor parte de las veces se convierten en simples símbolos de la soberbia y en algunos casos de la maledicencia popular a causa
de esa presunta capacidad de metamorfosis que desarrollan al concebirse como seres superiores que todo lo saben, que todo lo pueden, y que lo único que muestran es un infinito apego por la mentira, producto de su mendicidad y megalomanía.
En días pasados el Presidente Andres Manuel López Obrador ha sacado a relucir su trillada frase de que tiene otros datos en relación a los índices de pobreza que ha dado a conocer el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, que es una instancia gubernamental que cuenta con autonomía y capacidad técnica para generar información objetiva sobre la circunstancia de la política social y la medición de la pobreza en el país, encaminada a mejorar la toma de decisiones en materia de de pobreza.
Hasta ahora el Coneval utiliza nueve indicadores, para medir la pobreza de millones de mexicanos: Ingreso corriente per capita; Rezago educativo promedio en el hogar; acceso a los servicios de salud; Acceso a la seguridad social; Capacidad y espacios de la vivienda; acceso a los servicios básicos en la vivienda; acceso a la alimentación; y grados de cohesión social. Hasta ahora la definición de pobreza se utiliza cuando existe al menos una carencia social, a la vez que también se mide la vulnerabilidad mediante los índices de desarrollo humano, el índice de marginación, el grado de pobreza alimentaria, el grado de pobreza de capacidades, el grado de pobreza patrimonial, y el grado de rezago social.
Este conjunto de indicadores es el que permite el desarrollo de los indicadores como la pobreza multidimensional, cuando se presenta al menos una carencia social y no se tiene un ingreso suficiente para la satisfacción de las necesidades. Así, la pobreza multidimensional se presenta cuando no se tiene garantizado el ejercicio de al menos uno de los derechos para el desarrollo social, y si los ingresos son insuficientes para la adquisición de los bienes y servicios que se requiere para la satisfacción de las necesidades mínimas.
En otro de sus estupidos desplantes el Presidente de la República, Andres a Manuel López Obrador, rechazó los resultados de las mediciones de la pobreza en el país y de paso comentó qué hay otras formas de medir el bienestar de los ciudadanos que reciben más ayuda de su gobierno. En lo personal creo que la visión del Presidente no es otra cosa que una forma populista de deshacerse del problema para seguir señalando que los apoyos son suficientes para la erradicación de la pobreza. Hasta ahora ha desestimado la valoración de los especialistas, y siempre acude a su misma cantaleta de que se quiere desprestigiar a su gobierno, que por cierto bastante desprestigiado está.
Andres a Manuel López Obrador sigue siendo el mismo mentiroso de antaño, y lo más grave es que miente por necesidad y poco le importan las consecuencias porque siempre tiene otros datos que no son otra cosa más que su infinita ignorancia del fenómeno político y gubernamental, y sobre todo de la medición de los programas para entender la circunstancia del entrelazamiento del fenómeno social y el gubernamental. Para decirlo de otra manera, es un ignorante que confunde la gimnasia con la magnesia y piensa que sus razonamientos son lo suficientemente brillantes para convencer a la mayor parte de los mexicanos. Ante esa circunstancia lo único que podemos decir es que su mendicidad es producto del libreto populista que le dio como manual el Imbecil de Nicolas Maduro. Pobre país, con un mandatario que todo copia de uno de los presidentes más imbeciles del Continente. La duda que tengo es: ¿quien será más? El venezolano o el mexicano. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.