Sin lugar a dudas este país ha caído en la trampa del populismo rampante que representa el Presidente de la República Andres Manuel López Obrador. Su afición por el desperdicio es brutal aunque el costo lo tengamos que pagar todos los mexicanos al fin y al cabo que eso le importa un bledo. Su
mascarada de acusar a tirios y a troyanos de corruptos no fueron más que citas discursivas para defenestrarlos, pero ahora simplemente dispone discrecionalmente de los bienes públicos sin el menor pudor y sin guardar las formas. Es su personalísima voluntad la que vale, y no acepta ser increpado siquiera con el pétalo de una crítica.
Le importa un bledo lo que digan los mexicanos que observan azorados como se derrumba el mito de su honestidad, porque su palabra es ley y su voluntad inquebrantable, aunque se provoquen severos daños a las arcas públicas que son nutridas con el dinero de todos los mexicanos que tributamos para que el aparato del Estado mantenga la viabilidad de las instituciones y los servicios a que esta obligada la estructura gubernamental. Para decirlo de otra forma, el dinero del que dispone a su voluntad el señor que ocupa el más alto cargo del país, es una aportación de los mexicanos de todas las latitudes.
El principal ejemplo del desperdicio a que nos pretende acostumbrar el señor Lopez Obrador es la tan cacareada venta del avión que fue comprado por el gobierno de Enrique Peña Nieto para la movilidad de quien detenta el cargo de Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. La justificación de tal compra fue la de otorgar elementos de seguridad para quien representa a la nación, pero con su exacerbado populismo el señor Lopez Obrador comenzó a denigrar y a denostar el hecho señalando que era dinero tirado a la basura porque había aeronaves que podrían seguir brindando los mismos servicios.
Ese capricho de Andrés Manuel López Obrador nos ha salido más caro desde que tomó la decisión de enviar el avión a Estados Unidos, donde los costos de la preservación ascendieron a 1.7 millones de dólares, algo así como treinta y siete millones de pesos. Claro esta que al inquilino de palacio le vale un comino lo que se tenga que gastar para alcanzar su anhelo de mostrar y demostrar a los mexicanos los excesos del pasado, aunque ahora tengamos que relatar los excesos del presente, porque el señor Lopez Obrador ha dado la instrucción de vender dicho avión de una u otra forma.
Muchas menciones de presuntos interesados ha dado a conocer el gobierno actual, pero en la práctica no existe nada en concreto. Pero eso si, ya está dada la instrucción para la adquisición de diversas naves que serán entregadas al Ejército y que estarán a disposición del Presidente de la República. Por lo pronto hay diversas aeronaves que están siendo utilizadas para apoyar a los mandatarios populistas y comunistas del hemisferio, esos a los que adora el señor Lopez y de los que recibió fondos para hacerse con el control del país.
Al Presidente de la República no le importan los costos que se tengan que pagar cuando de cumplir sus caprichos se trata. Y le urge que los mexicanos entendamos que tenemos que aceptar el traslado de nuestra democracia hacia la forma de gobernar de los principales sátrapas del Continente, que se piensan dueños de los países que mantienen sojuzgados y empobrecidos. Mexico no es cuba, o Nicaragua, por fortuna la preparación académica de la mayor parte de los mexicanos hará prevalecer a la democracia antes que aceptar la autocracia. Así de simple. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.