En lo personal me parece que Andrés Manuel López Obrador debiera dejar de insistir en convertirse en el líder del populismo norteamericano y centrarse en llevar a Mexico hacia mejores estadios de bienestar. Creo que aún está a tiempo de enderezar el camino y distinguirse como un demócrata ante las
páginas de la historia, esas que hasta ahora lo colocan entre los más abominables dictadores del hemisferio. Hacer gala de su cercanía y preferencia con los autócratas que gobiernan Venezuela, Cuba y Nicaragua, lo sitúan por ahora en la cercanía de la tiranía.
El horno no está para bollos en estos momentos, porque habrá que esperar la reacción del Presidente Norteamericano, Joe Biden, al que seguramente no le agradó que fuera Mexico quien citara a una reunión de mandatarios con la intentona de desaparecer a la Organización de los Estados Americanos, y suplantarla con un nuevo esquema en el que el populismo se enseñoreara como destino inmediato de todos los Latinoamericanos. Le fallaron los cálculos al Mandatario mexicano, y la intentona fue un completo fracaso.
El problema es que ahora podemos tener certeza los mexicanos de que habrá un mayor radicalismo de las huestes morenistas por aplastar a las minorarías desarticuladas en que se convirtieron los otrora partidos que durante mucho tiempo protagonizaron las decisiones y definieron el rumbo del país. Pero también habrá que considerar que los mexicanos no somos tontos, y que ante la intentona comunistoide seguramente habrá una nueva recomposición política en el hemisferio que buscará el equilibrio para trazar un destino menos lúgubre que el populismo.
Pero si de algo podemos tener certeza los mexicanos es que Andres Manuel López Obrador seguirá empecinado en su proyecto de implantación del neocomunismo que representa porque tiene y mantiene un enorme compromiso con aquellos que financiaron sus diferentes campañas políticas para alzarse finalmente con el poder institucionalizado de este país. El despertar democrático que ha tenido Mexico en los últimos años, que le permitió a Lopez Obrador su llegada al poder, seguirá vigente porque así lo hemos decidido los mexicanos.
Pero si de algo podemos estar seguros es de que la principal muestra del rechazo al populismo comunistoide fue la elección intermedia, porque niveló a las fuerzas políticas del país para otorgar certeza a ese destino que pese a todo y a todos seguimos compartiendo como sociedad. Pero habrá que estar alertas porque Andres Manuel López Obrador es un hombre empecinado y seguirá haciendo su trabajo con la cercanía de los gobiernos populistas del Continente que por ahora salieron bastante desprestigiados.
Seguramente el presidente norteamericano Joe Biden siguió con detenimiento lo que ocurrió en Mexico, pero esa circunstancia poco le importa a Lopez Obrador, aunque en cualquier momento pudiera enfrentar graves contingencias económicas que afectarían a los sectores más desprotegidos y por consecuencia un empobrecimiento generalizado al que la 4T no podrá tener respuesta porque nunca habrá dinero en suficiencia para mantener a medio país con dádivas económicas. El bloqueo económico y comercial a cuba se mantendrá aunque no le guste al señor Lopez Obrador, y en este país el gobierno populista tiene fecha de caducidad. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.