Después del fracaso que tuvo Andrés Manuel López Obrador en el foro del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, lo que hasta
ahora lo mantiene bastante enojado, lo previsible es que haya una radicalización en cuanto a la toma de decisiones ante los posibles argumentos que seguramente utilizarán las oposiciones para intentar reposicionarse y levantar vuelo en torno a la siguiente elección presidencial. La mayor parte de los miembros del Consejo de Seguridad han externado públicamente su falta de empatía con las propuestas vertidas por el Mandatario Mexicano, y en algunas latitudes del mundo la burla fue la constante.
Pero ahora se presentara otra circunstancia que impactará severamente en el futuro del país y de los mexicanos, porque ante el severo recorte presupuestal implementado por la mayoría morenista en la Cámara de Diputados en contra del Instituto Federal Electoral, la presunta revocación de mandato no podrá ser organizada por la autoridad electoral. Con el pírrico presupuesto que se le adjudicó al órgano electoral, no habrá forma de garantizar el ejercicio revocatorio y desde luego que esta circunstancia le resulta harto conveniente a Lopez Obrador.
Y esto desde luego conviene al proyecto del Presidente de la República, porque seguramente el gobierno federal asumirá la función de implementarla con el consiguiente manoseo que permitirá a Lopez Obrador manipular la voluntad ciudadana, dando paso a una reforma constitucional que amplíe su mandato mediante un ejercicio de consulta como lo han ensayado los tiranos populistas del hemisferio americano. Si de algo podemos tener la seguridad los mexicanos, es que el resultado final será abrumadoramente favorable a la continuidad.
La estrategia va resultando exitosa desde ahora, y seguramente lo lamentaremos durante muchos años porque la manipulación es una de las fortalezas del inquilino de Palacio Nacional, y ha demostrado durante mucho tiempo esa ambición de poder que lo caracteriza no tiene límites, y mucho menos obstáculos aunque estén consignados en la letra de la Constitución. Lo previsible es que el Mexico que hemos construido tomará el mismo rumbo de países como Nicaragua, Cuba, Argentina, Bolivia, Ecuador y Venezuela.
La única posibilidad que tendrá el país es el despertar cívico de los mexicanos, y aunque los partidos políticos han decrecido en presencia y representación, solamente la sociedad civil tendrá la capacidad de detener la intentona comunista oponiéndose a loa fines dictatoriales del tabasqueño. Lo peor de todo es que esta circunstancia la hemos venido comentando hace varios años, y por desgracia la ambición personal de Andrés Manuel López Obrador sigue vigente y lo previsible es que comience la radicalización y las agresiones a quienes osen oponerse a sus designios.
La fuga de capitales ha comenzado, y seguramente cada día aumentará más. El primer paso de esta intentona populista será la utilización del juicio político para los integrantes del Instituto Federal Electoral y la desintegración del Consejo General, para sustituirlo por elementos afines al proyecto morenista. Por desgracia el único mecanismo de defensa es la decisión de los mexicanos de oponerse al exterminio de nuestra democracia para evitar la instauración de una sangrienta dictadura que lamentaremos durante muchas décadas. ¿Ese es el Mexico que le heredaremos a nuestros hijos? Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.