Andres Manuel López Obrador ha utilizado todos los conductos posibles a su alcance para decirle a los mexicanos que se está llevando un seguimiento
puntual de la variante del COVID-19, y que no hay elementos para preocuparse porque no hay motivos de riesgo. Claro esta que en un país de más de cien millones de habitantes la cifra de cerca de trescientas mil muertes pudiera ser minimizada, y más porque el inquilino de Palacio Nacional es un hombre al que le importan un bledo los mexicanos, porque por encima de ellos está su proyecto político que hasta ahora ha sido un verdadero desastre.
Por los pronto y ante los estragos que ahora causa la variante Omicrom, el idiota Subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, como siempre lo ha hecho, minimiza lo que pudiera ocurrir en las siguientes semanas señalando que hasta ahora no se ha demostrado que la la nueva variante sea más virulenta, y mucho menos que evada la respuesta inmune inducida por las vacunas. También señaló que algunos datos sugieren que la variante tiene mayor transmisibilidad que las anteriores, pero no dejó de minimizar la circunstancia que vivimos.
Por desgracia para este país y los mexicanos, habrá que señalar que la gestión de la pandemia ha sido un verdadero desastre desde el inicio, porque quien dio la principal muestra de irresponsabilidad fue el propio Presidente de la República, Andres Manuel Lopes Obrador, quien siempre se negó a utilizar el cubrebocas, y comenzó a usarlo después de haber padecido los estragos de la enfermedad, aunque sigue siendo un hombre al que no le gustan los procedimientos médicos y hace lo que le viene en gana.
En uno de esos momentos de sinceridad que muy poco se le dan al señor Lopez Gatell, dijo que la estrategia para atender la epidemia tendrá una variación porque la nueva cepa tiene mayor transmisibilidad que las previas, y esa es una mala noticia para los mexicanos, porque así como se ha manejado la pandemia, podemos tener la seguridad de que las vacunas seguirán llegando a cuentagotas, y que la vida de los mexicanos le importa un soberano cacahuate al inquilino de Palacio Nacional, porque la Residencia Presidencial de Los Pinos fue cambiada por un Palacio, de acuerdo a las ansias de reyezuelo que detenta el peor Mandatario de los últimos tiempos.
Por lo pronto el científico Hugo López Gatell, que tiene de ello lo que Lopez Obrador de honorable, o sea nada, afirmó que no se ha demostrado que la nueva variante sea más virulenta ni que evada la respuesta a la inmunidad inducida por las vacunas. Entiendo que una de las finalidades del señor Gatell es evitar que se haga presente el Panico, pero bien haría en explicar de otra manera más comprensible y menos Cantinflesca a los mexicanos de que se trata esta nueva cepa, y cuáles son las posibles consecuencias de disminuir los cuidados.
Tengo que decirlo con todas sus letras: al Presidente de la República, Andres Manuel López Obrador, y al propio Hugo López Gatell, le importan un bledo el bienestar de los mexicanos, y mucho menos la cifra de muertos que se alcance con los estragos de la pandemia, porque la única muestra que han dado es que muy poco les importa el destino de los hombres y mujeres de este país, porque por encima de todo está su proyecto de gobierno destruyendo lo que tanto tiempo tardamos en construir para mantener la viabilidad de todos los mexicanos. La destrucción alcanza magnitudes nunca imaginables, pero se los habremos de cobrar. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.