Sin lugar a dudas Andres Manuel López Obrador es uno de los más grandes manipuladores que han existido en todos los tiempos de este maravilloso país.
El problema es antes que pensar en dirigir al país se concentra en la estrategia de mantener el engaño de un gobierno errático y carente de resultados, y que al final de todo se visualizará en los registros de la historia como el más grande engaño que se haya montado desde el poder a partir de sus conferencias mañaneras, para mantener entre las clases menesterosas la impresión de que los avances son halagadores y el futuro inmediato del país cubierto de expectativas florecientes.
El problema para el Presidente de la República es que los hombres y mujeres de este país han comenzado a tener la certeza de que las cosas no van bien en el gobierno, y que pese a todo lo que se dijo en torno a la honestidad de quien detenta la Presidencia de la República, y sus principales allegados, no es sino uno más de los facinerosos populistas que pululan engañando a los hombres y mujeres de todas las latitudes del país, como los otros tiranos del Continente, señalando logros inexistentes, utilizando los caudales públicos de forma personalista, y organizando un cínico saqueo como si fueran los dueños del dinero de los mexicanos.
Al iniciar su cuarto año de gobierno los resultados son desastrosos, y el mejor ejemplo es la pérdida de tres millones de empleos, el desastre económico, las deficiencias en materia de salud que mantienen a los mexicanos indefensos y expuestos a la muerte a causa de una pésima gestión en la pandemia más letal que hayamos conocido, donde hasta ahora los especialistas reconocen que se han propiciado más de setecientas mil muertes por la forma tan caprichosa en que se utilizó el espacio de las conferencias mañaneras para engañarnos en torno a la gravedad del Coronavirus, minimizando las muertes causadas y pidiendo que mantuviéramos de forma normal nuestras actividades.
La irresponsabilidad del Presidente de la República ha sido letal para esos hombres y mujeres que creyeron en sus consejos, y quizá sea tanta su maldad que lo hizo a propósito, porque si de algo se puede preciar un mandatario es de contar con la información puntual para mantener la tranquilidad en sus gobernados. Por desgracia ese no fue el caso de Andres Manuel Lopez Obrador ante los mexicanos, porque muchos fueron orillados por sus estúpidos consejos a romper la disciplina cuando la letalidad estaba a la alza. Hoy ni siquiera sabemos a ciencia cierta cuántos han muerto por esa escupida manera de gestiona una de las pandemias más letales de la historia.
Pero como la salud pública le importa un comino, tampoco es un asunto importante que los mexicanos nos sigamos empobreciendo, porque hasta ahora se han perdido más de tres millones de empleos y los procesos de la economía han entrado en un déficit nunca antes visto, y como si eso no fuera grave, las deficiencias en materia de salud siguen latentes, además de una pérdida cuantiosa de la planta productiva y del empleo que alcanza ya un déficit de siete millones de unidades de trabajo. Para decirlo más claro, de acuerdo a las organizaciones de trabajadores, nunca antes en este país se había llegado a esos niveles de desastre.
Lo que no hemos entendido los mexicanos es que ese es el verdadero proyecto, la utilización del desastre para entronizarse en el poder como lo han realizado los populistas del Continente. La pérdida de más de tres millones de empleos en este año es el principal indicativo de que el empobrecimiento es la estrategia y convertirnos en en dependientes de las dádivas institucionales. Este país requiere de al menos cuatro millones de empleos para los jóvenes que egresan de las instituciones de educación superior, la mala noticia es que antes de egresar de sus escuelas ya estaban condenados a ser pobres porque ese es el proyecto del gobierno populista de Lopez Obrador. ¿Nos convertiremos en una dictadura como en Venezuela? Hasta ahora ese es el camino que hemos recorrido y que ha encabezado Lopez Obrador. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.