La Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, está asentada en el paraje de Ayotzinapa en la Ciudad de Tixtla, en el Estado de Guerrero. Habrá que señalar
que Tixtla está considerada como la zona cultural de la entidad y alberga a diversas etnias como los Mixtecos, Nahuas, Amuzgos y Tlapanecos, que hasta ahora comparten el lugar con una importante cantidad de mestizos y otros grupos de descendencia africana. La normal está asentada en los terrenos de una hacienda que lleva su nombre, Ayotzinapa, cuyo significado es ““el lugar de las tortugas”.
Las Escuelas Normales Rurales son instituciones creadas en el año de 1922 con el objetivo de formar maestros para que desempeñaran sus funciones pedagógicas en el medio rural. En cada entidad del país llegó a existir al menos una Normal Rural. La primera de estas escuelas fue fundada en 1922 en Tacámbaro, Michoacan, por José Vasconcelos como parte del programa de crear Escuelas Centrales Agrícolas para impulsar la formación de maestros campesinos. En 1926 se fundó la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, en un paraje en las afueras de Tixtla, por el Maestro Raúl Isidro Burgos.
Hoy las actividades de quienes estudian en esa normal han generado un grave temor entre los guerrerenses de la zona donde se asienta el centro escolar . Para decirlo más claro, la delincuencia ha infiltrado a la Normal Raúl Isidro Burgos en el paraje denominado anteriormente como Ayotzinapa. El Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador aseguró que los integrantes de la delincuencia organizada están infiltrados en la dirección del movimiento de los estudiantes. También señaló que se investiga el enfrentamiento del pasado viernes, cuando los normalistas trataron de tomar la caseta de Palo Alto en la Autopista del Sol, y como vulgares delincuentes intentaron atropellar con un trailer a los integrantes de la Guardia Nacional.
López Obrador aseguró sin presentar evidencias como siempre, que los integrantes de la delincuencia organizada están infiltrados en la dirección del movimiento, palabra que utiliza cuando desconoce el fondo de los hechos, lo que evidencia su infinita ignorancia del fenómeno que se ha venido presentando en este tipo de centros educativos. Si quiere solucionar el problema debiera intervenir para investigar la forma en que funcionan y que hasta ahora se han convertido en una cueva de ladrones por la circunstancia de que los alumnos son manipulados para delinquir.
Pero la natural rebeldía cuando no consiguen lo que quieren, puede provocar un desastre como el que estuvo a punto de ocurrir en la Normal José Guadalupe Aguilera, en la carretera que va de Durango a Parral, cuando tomaron las instalaciones de la Refinería de ese lugar amenazando con incendiarla si no se cumplían las condiciones que insertaron en un pliego petitorio que entregaron al gobierno municipal. Los muchachos en su infinita ignorancia hubieran causado una desgracia de proporciones dantescas que hubiera destruido todo el poblado de Aguilera porque la refinería estaba al tope de combustible.
Es verdad que las normales rurales se han convertido en centros de delincuencia criminal, y muchos gobernadores han opinado que sería mejor la desaparición de este tipo de centros estudiantiles y suplirlos por un proyecto en el que puedan recibir una mejor preparación, y desde luego la implantación de normas conductuales que los formen como verdaderos profesionales. No creo que sea mucho pedir que se incremente la disciplina y se les exija un rendimiento adecuado para que se conviertan en mexicanos útiles al país y no posibles miembros de la delincuencia organizada. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.