”El Presidente de Mexico, debe actuar como hombre de estado, como estadista, no debe comportarse como jefe de partido, de facción o de grupo, el
Presidente debe representar a todos los mexicanos, el Presidente debe ser factor de concordia, y de unidad nacional, el Presidente no puede utilizar a las instituciones, de manera facciosa, ni para ayudar a sus amigos, ni para destruir a sus adversarios”. Eso lo decía en campaña, ahora nos quiere quitar las libertades y destruir al país como lo han hecho los dictadores populistas de todo el Continente.
Pero López Obrador tiene un defecto, que no se acuerda muy bien del manual del populismo y en ocasiones comete errores garrafales como cuando pretendió verter una lágrima para exculpar a su hijo. Pero también aprovechó la ocasión para llorar y narrar con voz entrecortada la persecución que él y su familia padecieron cuando Roberto Madrazo era gobernador. Claro esta que la estratagema de victimizarse siempre le ha dado buenos resultados, porque si algo podemos señalar es que se ha convertido en un especialista del drama, incluso hasta puede llorar en sus mañaneras, claro esta que de igual forma en que lo hicieron varios mandatarios populistas que aparecen enjugándose las lágrimas.
Así como en sus tiempos en que recorría el país y señalaba que pretendían causarle daños los gobernadores y Presidentes a municipales por todo lo que de ellos reseñaba, ahora pretende coartar las libertades de quienes hacemos periodismo todos los días y explicamos a la gente los esfuerzos que hace para destruir las instituciones democráticas que nos hemos dado los mexicanos, y evitar que su gobierno siga siendo cuestionado. Lo cierto es que el país está al borde del populismo, esa peculiaridad de los gobiernos del Cono Sur del Continente que han sido destruidos por los sátrapas que llevan años robando las libertades.
El problema que tenemos todos los mexicanos es que no estamos intentando nada para evitar que el aspirante a Dictador se convierta en el cancer de la vida de más de ciento veinte millones de mexicanos. Hoy más que nunca la patria corre peligro, hoy más que nunca tiene que brotar la solidaridad de los mexicanos, los unos con los otros, para defender a esa patria que durante muchos años hemos venido construyendo para heredar a nuestros hijos un mejor lugar para vivir en un país de libertades donde la iniciativa de cada cual marque la diferencia.
El hecho de que ahora la Unidad de Inteligencia Financiera pueda congelar cuentas bancarias sin avisar a sus propietarios, es el anuncio de que aquellos que no se sujeten a la obediencia fiel al régimen totalitario que pretende instaurar Andrés Manuel López Obrador serán castigados arrancándoles los ahorros de toda su vida, o la manutención de sus hijos. No va a tardar mucho para que el inquilino de Palacio estructure con la complicidad de los titulares de Marina y Defensa Nacional, a quienes ha comprado con los negocios del Aeropuerto de Santa Lucía, estructuren los diversos cuerpos de la Policía Política para encarcelar a los disidentes de sus bastardías ambiciones.
Podemos tener toda la seguridad de que el acoso a los periodistas será mayúsculo en los siguientes meses. Muchos habremos de parar en las cárceles como ocurrió en Venezuela, así como ahora ha ocurrido en Cuba donde los disidentes han sido condenados a veinte años de prisión y trabajos forzados por salir a protestar a las calles. La única oportunidad que tendremos los mexicanos es que nos organicemos para dar todo lo que sea en la resistencia porque será el único recurso que tendremos. O lo hacemos por nuestros hijos con todas las consecuencias, o también los condenaremos al infierno del control populista. Tu tienes la decisión amigo lector o lectora. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.