Llevo varios años de conocerlo, y siempre ha sido un tipo cordial, analítico, seguro, y muy sobrio. Es un muchacho con una alta preparación académica,
pero lo mejor de todo es su sencillez. Su charla acerca del fenómeno político es interesante porque vierte diagnósticos certeros acerca del quehacer político y gubernamental. Es un mexicano preocupado por su país y por su gente. Y siempre tiene la disposición de atender a quienes lo reconocen y se le acercan a saludarlo. Nunca le he escuchado una mala palabra, por el contrario, su amabilidad resalta y tiene una gran capacidad para opinar acerca del quehacer gubernamental.
Ha puesto sobre la mesa de las discusiones su intención de contender por la candidatura presidencial del partido en el que ha militado. En lo personal creo que hasta ahora ha sido un político que ha mostrado y demostrado que tiene mucho que aportar a este país, pero sobre todo, esa tranquilidad de esperar los tiempos propicios para comenzar a aglutinar en torno suyo a esos hombres y mujeres que le han manifestado su disposición de unirse a su causa y acompañarlo en las buenas y las malas. Y lo señalo de esa manera, porque los agobios siempre están presentes de una u otra forma.
Enrique de la Madrid Cordero ha puesto sus cartas sobre la mesa, y tiene amplias posibilidades de sumar en su proyecto a millones de mexicanos desencantados de lo que ahora ocurre con el fenómeno político en este país, pero sobre todo, por la forma discrecional en que se invierten los caudales públicos y la brutal corrupción que hasta ahora acompaña a ese enorme número de hombres y mujeres que se sienten predestinados para mantener como rehenes a los mexicanos, que confiaron en un proyecto que hasta ahora lo único que ha logrado es exclusión y mayor pobreza.
Enrique De La Madrid Cordero es uno de los pocos activos que tiene el otrora partido hegemónico, pero también es consciente de que necesita construir una fuerza ciudadana con la participación de la sociedad civil organizada que milita en otras fuerzas políticas. Y esa circunstancia forma parte de su proyecto de inclusión en el que todos podemos caber para enderezar el destino de este México tan nuestro y tan lejano de nuestras aspiraciones comunes. Hasta ahora ha sido una alternativa viable de esa sociedad civil que sigue buscando un liderazgo firme y real que verdaderamente conduzca al país a mejores estadios de bienestar.
Pero también podemos tener la seguridad de que no estará exento de la diatriba y los excesos verbales de quien por ahora conduce mal los destinos de este país, y mucho menos de esa masa amorfa de hombres y mujeres entrenados para controvertir sin argumentos a quien pretenda oponerse a los designios de quien hasta ahora mal conduce el destino de una nación ávida de realidades y de mejores estadios de bienestar. A eso se tendrá que enfrentar, y estoy seguro de que saldrá adelante porque su esencia como hombre de Estado es diferente y distinta en forma y aspiraciones colectivas.
Si de algo podemos estar seguros los mexicanos es que no tardará mucho el inquilino de Palacio Nacional en tratar de epitetarlo para evitar que siga sumando voluntades, y hará todo lo que esté de su parte para que Enrique De La Madrid no se convierta en una alternativa real que desplome su pretendida e incomprensible Cuarta Transformación, que hasta ahora no es más que un galimatías verbal producto de sus más recónditas fobias. Lo peor de todo para el tabasqueño es que la inflación está a el alza y ha crecido desmesuradamente el déficit. La realidad indica que los mexicanos necesitamos y queremos un mejor destino, y no es el que encabeza Andrés Manuel López Obrador. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.