Sin lugar a dudas Mexico vive momentos aciagos a causa de las desgracias generadas por el actual régimen de gobierno.
Pero también hay que señalar que estamos ante la disyuntiva de ejercer nuestros derechos sociales a plenitud como única defensa de nuestras libertades y valorar nuestra democracia como único camino para decidir hacia donde queremos ir, y con quienes queremos hacerlo. No ha sido fácil mantener nuestras libertades ante la vocación totalitaria de quien por ahora detenta la Presidencia de la República de forma discrecional, autoritaria, y violentando la letra de la Constitución de los Estados a unidos Mexicanos.
Cada vez que se le antojaba cambiaba leyes simplemente porque contaba con la complicidad de un Congreso que hasta ahora ha logrado evitar un desastre de funestas consecuencias para la democracia. La llegada de Andrés Manuel Lopez Obrador al ejercicio del poder ha propiciado una lamentable etapa que quizá sea más unipersonal que la mayor parte de los mandatarios anteriores, porque hay que señalarlo con todas sus letras, ese voluntarismo que lo caracteriza es el principal indicativo de que la norma jurídica no le importa mientras logre satisfacer sus caprichos personales.
Y lo peor es que en aras de alcanzar sus fines inmediatos de mantener el poder a costa de lo que sea y el precio que se tenga que pagar por ello, porque primero está su voluntad, después sus intereses, y al final sus autoritarias decisiones. Habrá que señalar que este país aún conserva un estado de derecho que no es otra cosa que la construcción de una comunidad social y una organización política común, así como un territorio y órganos de gobierno propios que es soberana, independiente políticamente de otras comunidades.
Lo peor de todo es que ahora le dio por repartir la riqueza que generamos los mexicanos presuntamente para ayudar a los pobres de los diversos países del hemisferio, pero la entrega a los mandatarios populistas es que la única seguridad que tenemos los mexicanos, dueños de ese dinero, es que terminarán en los bolsillos de esos líderes que todo lo guardan y mantienen una riqueza inconmensurable en bancos internacionales desde donde disponen el capital de la gente para utilizarlos en su provecho.
Los populistas tienen la peculiaridad de que la piedad no existe en su vocabulario, porque de otra forma intentarían paliar las necesidades de esos pueblos a los que matan de hambre para mantenerlos sometidos con sus mendigas dádivas de sobrevivencia y sus cuotas de racionamiento alimentario para mantenerlos al borde de la muerte por hambre. Baste ver la complexión de esos pobres hombres y mujeres que pululan por las calles de los países centroamericanos buscando un mendrugo de pan en la basura de los líderes populistas para llenar la boca de sus hijos.
Andrés Manuel López Obrador fue Elegido para un periodo de seis años, y no tardará mucho pretendiendo comprar las conciencias de sus adversarios con millonarias cantidades con tal de alcanzar esa mayoría que necesita para cambiar la letra Constitucional e intentar reelegirse. Ojalá los Diputados y Senadores digan manteniendo cohesionada a la representación de esta patria tan ávida de hombres y mujeres a carta cabal, y que soporten todos los intentos del Sátrapa por comprarles la conciencia con el mismo dinero de todos los mexicanos. Al tiempo.
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Lic. En Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por el Instituto Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.