El Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, es un hombre sobre dotado, sin lugar a dudas. Es uno de esos raros especímenes
a los que se les tilda de tener los sentidos a flor de piel porque todo lo captan, todo lo desmenuzan en poco tiempo, y cuentan con infinidad de argumentos para salir del paso en los momentos más álgidos de cualquier debate o discusión. Y no es una peculiaridad que muchos tengan, por el contrario, son pocos los que tienen ese don, y de ellos depende el usarlos para fines propios o para servir a los demás.
Andrés Manuel López Obrador ha sabido utilizar esa peculiaridad tanto en su favor para sus fines personales, como fue para alcanzar la Primera Magistratura, cuando pocos le daban esa expectativa. Hoy detenta un poder omnímodo, es decir, absoluto y total, lo que quiere decir que por el momento no existen los contrapesos que tanto se generan en las democracias modernas para evitar los excesos del poder por el poder mismo, y esa particularidad lo convierte en un mandatario en una de las etapas más determinantes para el futuro cercano.
Hasta ahora ha sido el mandatario más poderoso de los últimos sesenta años, y fiel a la costumbre del poder en este país, lo ejerce a plenitud y en ocasiones de manera personalista y patrimonialista, como se acostumbró durante la etapa de la hegemonía tricolor, porque fue en esa etapa donde se formó y comenzó con sus recorridos por todo el país con la finalidad de revolucionar a las masas carentes de apoyos y de resultados de los gobiernos tricolores y albiazules que nunca alcanzaron a tener tanta capacidad de decisión como lo hace ahora.
Pero en uno de sus excesos, como muchos más que le hemos observado en lo que lleva de su mandato, me parece que ha cometido un error muy costoso al señalar al publicista Carlos Alazraki como un “miembro del pensamiento hitleriano y en extremo conservador”. Y todo comenzó con una cita acerca del fracaso del Aeropuerto Felipe Ángeles, que caló hondo en la percepción del Primer Mandatario, que hasta ahora no ha podido mostrar y demostrar la utilidad de ese capricho de construir un presunto aeropuerto internacional en la base de Santa Lucía.
Por lo pronto el calificativo no fue bien recibido ni siquiera por su círculo más cercano, porque a todas luces fue un exceso de odio para una comunidad que lo único que ha hecho en este país, ha sido coadyuvar en la generación de riqueza y en la promoción de unidades de trabajo que tanta falta le hacen a los mexicanos de estos tiempos. El Señor Alazraki ha sido un publicista todos a su vida, y construyó un canal en YouTube que se denomina Atypical Te Ve, donde participa la periodista Beatriz Pagés, miembro de una familia de tradición en los medios escritos de comunicación, quien afirmó que estaba a pasando cosas raras en El Aeropuerto Felipe Ángeles.
Andrés Manuel López Obrador mostró tener la piel muy delgada, cuando él todos los días se ha dedicado a denostar a cualquiera que identifica como adversario, desde el Púlpito Mañanero. Al igual que el señor López Obrador, siempre ha dicho que se tiene que respetar su derecho a la libertad de expresión, como lo hizo siempre durante sus recorridos buscando el poder, ahora le dolieron las críticas de la Señora Pagés, una de las mujeres más certeras en sus críticas, quien únicamente señaló que estaban pasando “cosas muy raras” en el Aeropuerto Felipe Ángeles. Y esa circunstancia evidenció que el Presidente está perdiendo la tranquilidad ante la carencia de resultados en su proyecto de gobierno. Ojalá en lo sucesivo piense un poco más antes de pretender entablar un debate innecesario. Al tiempo.
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Lic. En Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por el Instituto Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.