La queja de Monreal

El exgobernador de Zacatecas, Ricardo Monreal Ávila, se ha significado como uno de los baluartes de la Cuarta Transformación,

que hasta ahora no ha podido consolidar ese proyecto en el que se cimentó la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República, con la finalidad de instrumentar, hasta ahora, uno de los mayores fracasos políticos de la historia reciente, porque la realidad indica que lo único que podemos afirmar es que hemos tenido una brutal regresión a los tiempos del Echeverriato.

Por lo pronto, el Zacatecano ha decidido enfrentar y confrontar ese muro que ha pretendido construir el líder del partido, Mario Delgado, quien hasta ahora ha mostrado una severa animadversión al líder del Senado de la República y a quien ha pretendido desgastar para evitar que siga creciendo en el ánimo de los mexicanos de todas las latitudes del país que hasta ahora lo han venido apoyando y arropando en su aspiración de competir por la Presidencia de la República. Para decirlo de otra manera, pareciera que esas argucias no llevan otra intención más que el descarrilamiento de sus aspiraciones personales.

El problema del líder de Morena es que no cuenta con argumentos, y mucho menos con elementos para descarrilar las aspiraciones del Zacatecano, ya que se ha consolidado hacia el interior del partido y les lleva una considerable ventaja a sus oponentes, quienes hasta ahora, por mucho que han intentado más que descarrilarlo, lo han consolidado como el más fuerte a la hora en que se tenga que decidir quién será el sucesor de Andrés Manuel López Obrador, quien por mucho que haga quizá no pueda tener la capacidad de maniobra antes de generar una implosión en el partido.

El Zacatecano lleva un trecho adelante de los otros aspirantes, y pese a no estar en el ánimo del Presidente de la República, sigue creciendo y haciendo amarres que hasta ahora le han venido funcionando y generándole un espacio desde el que podría incluso dejar atrás a Marcelo Ebrard Casaubón, a Adán Augusto López, quien cada día se observa más pequeño, una Claudia Sheinbaun quien hasta ahora sigue pensando que podrá alcanzar su más Preciado anhelo simplemente porque así lo ha determinado el Presidente de la República.

Ricardo Monreal no es un improvisado como Adán Augusto o Claudia Sheinbaun, pero tendrá en Marcelo Ebrard un adversario de amplias facultades, además del apoyo del propio Presidente de la República, quien ha venido observando su enorme capacidad y crecimiento para mantener vigente las relaciones exteriores que el propio mandatario se afana en descarrilar, como ahora es el caso de enfrentar y confrontar al Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien no tardará mucho en darle un manotazo que lo colocará en el lugar que le corresponde en el concierto de las naciones.

Ricardo Monreal conoce muy bien los tiempos en que el Sistema Político Mexicano debe comenzar a funcionar como una maquinaria para alcanzar espacios en su favor, y sobre todo, ampliar la base de afectos a su proyecto porque cuenta con mayores atributos que los demás contendientes, y aunque López Obrador incida en las preferencias de sus adeptos, el Zacatecano sacará a relucir ese colmillo afilado y retorcido que le ha brindado una gran protección ante aquellos que han pretendido sacarlo de la carrera por la Presidencia de la República. Claudia Sheinbaun ni tiene estatura para pretender competir con él, y mucho menos el carisma que posee el zacatecano. Al tiempo.

Vladimir.Galeana

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Lic. En Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por el Instituto Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.