Sin lugar a duda cada quien tiene su propia percepción de lo que definimos como realidad.
Y cuando en lo personal afirmó que alguien es un estúpido, o estúpida, es porque tengo y mantengo juicios de valor que me permiten señalar abiertamente la condición de cualquier hombre o mujer público, porque me baso en los hechos que han protagonizado para medir su calidad como persona, y su preparación como una forma de concebir su grado de estupidez. Así de simple la ecuación mental que utilizo para definir la calidad de cada uno.
No es lo mesmo que lo mismo, porque a Doña Rosario Ibarra de Piedra la respete siempre por esa mística que tenía para mantener esa lucha social que la distinguió siempre. Recuerdo muchas cosas de ella, pero sobre todo su valentía y su lucha por el mejoramiento de las condiciones de vida en este país. Pero como dicen por ahí, nunca segundas partes fueron buenas, y en el caso que me ocuparé en esta entrega, creo que la estupidez y la ignorancia son condiciones propias de quienes no fueron beneficiados por las letras.
Y me voy a atrever a señalar algo más, porque en la circunstancia que está viviendo este país, por desgracia estamos protagonizando una de las peores etapas en la toma de decisiones desde la llegada de Andres Manuel López Obrador al ejercicio de la Presidencia de la República, algo que siempre señale y que por desgracia está ocurriendo sin que nos hayamos detenido a pensar que todo lo que hemos construido durante tantos años está siendo destruido en un sexenio que se ha caracterizado por el caos administrativo y el populismo rampante del inquilino de Palacio Nacional.
Siete de los diez miembros del Consejo Consultivo de la Comisión de los Derechos Humanos desestimaron avalar la recomendación que realizó el organismo donde se pide la transformación del Instituto Nacional Electoral, y señalaron que en ningún momento se discutió o se avaló lo que la Comisión de los Derechos Humanos interpreta ahora en su pronunciamiento, que en la letra recomienda la transformación del INE, o que sea un órgano autónomo únicamente de nombre, instrumentos parciales, de sabotaje de la voluntad del pueblo, que solo ha servido para el mantenimiento de vicios que, por tantos años, si no es que, por sucios, han manchado nuestros procesos electorales.
Para decirlo más claro, la estúpida mujer que dirige los destinos de la Comisión de los Derechos Humanos, Rosario Piedra Ibarra, no se parece en nada a su madre, porque ella era una mujer con una larga trayectoria en la lucha social, mientras ella no es más que una idiota a la que el Presidente de la Republica colocó en ese lugar para desestimar y encubrir los lamentables hechos que se cometen en este país desde la esfera oficial con relación a los derechos humanos, y la finalidad de no emitir recomendaciones que pudieran afectar la marcha del gobierno del Presidente de la República.
La recomendación de la idiota que lidera a la CNDH de transformar al Instituto Nacional Electoral no tiene ningún valor, porque el Órgano Electoral es un órgano autónomo que no depende de las decisiones de la Comisión de los Derechos Humanos, y mucho menos de los caprichos del presidente de la República. Bien vale la pena hacer un llamado a todos los mexicanos de todas las latitudes de este país para evitar que el presidente de la Republica elimine el órgano electoral que tanto le estorba para convertirse en un dictador, así de simple nuestra circunstancia. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.