Desconozco si Andres Manuel López Obrador conoce la letra de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
o simplemente no le parece lo que se lee en los textos de los diversos artículos simplemente porque piensa que su voluntad está por encima de la Carta Magna. Los mexicanos hemos vivido azorados porque al Primer Mandatario de importa un comino lo que se asienta en las leyes de este país, y en las últimas semanas le ha dado por desacatarla a diestra y siniestra porque él está por encima de todo.
Desconozco el estado de salud del inquilino de Palacio Nacional, porque esa circunstancia es un asunto de Seguridad Nacional, pero en ocasiones los especialistas han estado haciendo conjeturas acerca no tan solo de su estado de salud, también de una posible alteración de su percepción de la realidad. Para decirlo más claro, Andres Manuel López Obrador tiene ya diversos achaques que en cualquier momento podrían derivar en una alteración de su percepción de la realidad. Han sido evidentes las confusiones en que incurre incluso en sus mañaneras.
Ahora le dio no tan solo por legislar como lo hace a cada rato, sino de convertirse en el Juez Supremo del país porque ahora le dio por ordenar a la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana desobedecer los mandatos de los jueces del Poder Judicial, cuando se pretenda liberar a delincuentes en un “sabadazo”. Lo peor de todo es que durante su conferencia mañanera hizo pública dicho mandato violentando la División de Poderes como lo Establece la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Sin lugar a duda el Primer Mandatario tiene un problema de índole mental al determinar esta acción que tiene que realizar la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, que por ningún motivo puede violentar una determinación del Poder Judicial en el caso de la liberación de detenidos, pero además dio la instrucción de que ellos mismos realicen la contraargumentación para evitar que alguien salga de la cárcel una vez que haya cumplido su condena o su encierro temporal.
La mayor estupidez del Presidente de la República no es tan solo la circunstancia de la liberación de los detenidos, porque además les dio la instrucción inapelable de que argumenten que “ellos tienen otros datos” como siempre lo expresa cuando no tiene la razón, y esa es una misión de los Ministerios Públicos, que son quienes argumentan y sostienen las acusaciones, pero quienes también tienen que obedecer la letra de la ley porque nadie puede ser acusado de un delito si no existe una causa y razón que funde y motive el procedimiento. La estupidez de “Los Otros Datos” no puede ser parte de la norma jurídica porque no existe en la letra de la ley, y por muy presidente de la República que sea, no puede violentar las decisiones de uno de los Poderes de la Unión.
Si bien la Secretaria de Seguridad Publica tiene a su cargo la responsabilidad del Sistema Penitenciario, por ningún motivo pueden contravenir las decisiones de los juzgadores, que para eso está el Consejo de la Judicatura. Y esta circunstancia muestra y demuestra que mentalmente el presidente de la República tiene problemas con la realidad. En lo personal creo que ante las muestras de extravío de la realidad que tiene Andres Manuel López Obrador, se tendría que dictar un acuerdo en el sentido de valorar su estado mental para determinar si es apto para seguir desempeñando el encargo de presidente de los Estados Unidos Mexicanos. Al tiempo.
Vladimir Galeana Solórzano
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.