Hay que decirlo con todas sus letras: El Presidente de la Republica se ha convertido en un asesino pasivo
desde que decidió no combatir al crimen organizado que ahora pulula descaradamente por todos los rincones del país, sin que reciban siquiera una insignificante molestia por parte de las dependencias encargadas de velar por la vida de los mexicanos de todas las latitudes. Los especialistas señalan que los principales problemas mentales de un asesino son el egocentrismo, la megalomanía, la falta de responsabilidad, la extroversión, el exceso de hedonismo, altos niveles de impulsividad, o la motivación por experimentar sensaciones de control y poder.
Nunca este país alcanzó la cifra de muertos que ha provocado la administración de Andres Manuel López Obrador que hasta ahora suma la cifra de ciento veintisiete mil ciento sesenta y dos muertes violentas en tan sólo cuarenta y cuatro meses. Para decirlo más claro, cada mes se cometen dos mil ochocientos noventa homicidios, lo que quiere decir que cada día se cometen más de noventa y seis homicidios en todas las latitudes de este aún maravilloso país, y tan lastimado por un gobernante que desprecia la vida de los demás.
Por lo que corresponde a los asesinatos de periodistas, este 2022 es el año más mortífero en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, y también el más mortífero de los últimos veintidós años, es decir, de los últimos cuatro sexenios. Para decirlo más claro, el sector más afectado es el que integramos quienes elegimos la profesión periodística, pero al Presidente de la República eso le importa un comino porque no estamos entre sus prioridades, y tampoco los mexicanos de todas las latitudes del país.
Para decirlo con todas sus letras, una de sus principales prioridades es que los miembros del crimen organizado, que ya han visitado las instalaciones de Palacio Nacional, estén de su lado para lo que se ofrezca cuando de eliminar periodistas incómodos se trate, porque poco le importa que mueran aquellos hombres y mujeres que elegimos la profesión más peligrosa en los momentos que vive este país, porque ya nos demostró que poco le importamos y que odia cualquier atrevimiento de lanzar una crítica hacia su gobierno o sus decisiones. Para decirlo más claro, nunca antes se persiguió tanto a los periodistas como en el sexenio que protagoniza Andres Manuel López Obrador.
Muchos fuimos despedidos de las empresas donde trabajamos durante muchos años por petición expresa de quien habitaba Palacio Nacional, y su personero Jesus Ramírez Cuevas ha sido quien se encargó de llevar el mensaje de forma inmediata a los dueños de los medios de comunicación, quienes simplemente obedecieron la orden y por consecuencia dejaron de mantener ese vínculo entre sociedad y periodistas. Antonio de la Cruz, reportero del Diario Expresó de Ciudad Victoria, Tamaulipas, se convirtió en el doceavo asesinato cometido en México en lo que va del 2022, por cierto, el año más mortífero en lo que va del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, pero también en el más mortífero de los últimos veintidós años, es decir, de los últimos cuatro sexenios.
El atentado contra Ciro Gómez Leyva es la principal muestra de que las bandas del crimen organizado reciben órdenes desde Palacio Nacional. Así de simple, pero lo más detestable es que el mismo Mandatario se atreva a descalificar al periodista. Si en este país existe la justicia, Andrés Manuel López Obrador tendría que ser juzgado en la Corte Penal Internacional con sede en La Haya, Holanda. Y quienes hemos padecido los excesos del poder para silenciarnos, no descansaremos hasta hacerlo realidad. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.