Y sigue la mata dando para vergüenza de la mayor parte de los mexicanos. Andres Manuel López Obrador
se ha convertido en un injerencista, circunstancia que nunca se había presentado en las Relaciones Exteriores de este país por la vigencia de la Doctrina Estrada que ha normado el comportamiento de nuestras relaciones con los demás países de America y del mundo entero. Fue Genaro Estrada quien realizó el documento esencial para la autodeterminación mexicana.
El documento sirvió para el establecimiento de las relaciones mexicanas con los países del mundo. Los principios de la Doctrina Estrada se elevaron a rango Constitucional de manera oficial el once de mayo de 1988, al publicarse en el Diario Oficial de la Federación las modificaciones del Artículo 89, Fracción X, y posteriormente se agregó el respeto, promoción y protección de los derechos humanos. Genaro Estrada fue un hombre avanzado en su tiempo, pero sobre todo un mexicano preocupado por la igualdad de todos los estados libres del mundo.
En los tiempos que vivimos las cosas han cambiado drásticamente a causa de los desatinos presidenciales de Andres Manuel López Obrador. Nunca este país tuvo problemas con las demás naciones del hemisferio, pero pareciera que al Mandatario mexicano no le basta con los problemas domésticos que no ha podido resolver porque ahora se ha convertido en un sujeto injerencista al que han rechazado los funcionarios de la Cancillería Peruana. Para decirlo más claro, el gobierno peruano declaró persona non grata al embajador de Mexico en el Perú, Pablo Monroy, y le señaló un plazo de setenta y dos horas para que abandone el país.
Pero el problema de fondo fue a causa de ese pernicioso sujeto que los mexicanos tenemos en la Presidencia de la República, porque en sus ansias de proteger al populista de Pedro Castillo, a quien le ha mostrado y demostrado más amor que a los niños con Cáncer a quienes dejó morir simplemente para no gastar en sus medicamentos, pero al sátrapa peruano le rinde todo tipo de pleitesía porque los ha hermanado la vocación populista que ha destruido a varias democracias del Cono Sur.
Andres Manuel López Obrador ha dado muestras de que los mexicanos le importan un comino cuando de quedar bien con sus tiránicos amigos que al igual que él pretendieron quedarse indefinidamente en el poder. Y esta circunstancia nos tiene que alertar acerca de sus pretensiones de quedarse indefinidamente en el poder como lo han hecho la mayor parte de los gobiernos populistas que hasta ahora han destrozado la vida de millones de hombres y mujeres al condenarlos a la pobreza, como pretende hacerlo con nosotros.
Pero México no es Peru, y mucho menos Andres Manuel es un estadista, por el contrario, no ha sido más que un aventurero al que los mexicanos le creyeron sus prédicas y que ahora están arrepentidos de los resultados que ha obtenido su gobierno disponiendo de las rentas públicas para regalarlas a los gobiernos populistas del hemisferio. Si tanto amor tiene por los populistas ¿porque no les regala su salario? ¿Porque tiene que regalar el dinero que los mexicanos pagamos como impuestos? ¡Mendigo sinvergüenza‼ Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.