Sin lugar a duda sigue siendo un hombre respetable y respetado por su papel desempeñado en la alternancia del
poder en este país. Durante muchos años fue uno de los valores principales del régimen tricolor, pero supo apartarse a tiempo para reconvertir el sistema político mexicano otorgándole la oportunidad a que las expresiones de otras fuerzas políticas alcanzaran no tan solo el registro ante el Instituto Federal Electoral, sino la oportunidad de participar en los diversos comicios a los largo y ancho de este país.
Cuauhtemoc Cardenas, aunque no le guste a muchos, ha sido un hombre congruente con su filiación política, y ha engrandecido el legado de su padre, Don Lázaro Cárdenas del Río, quien fuera un excelente Mandatario que ha sido registrado en la historia patria como quien decidió y alcanzó la nacionalización petrolera, esa de la que se aprovecharon los mandatarios posteriores para dilapidar las arcas públicas, lo que ha seguido ocurriendo en los últimos años, aún cuando se asegura que el petróleo está de salida ante las energías renovables.
La izquierda de este país ha estado extraviada desde que se fraccionó con el activismo de Andres Manuel López Obrador, quien hasta ahora ha dado muestras suficientes de que de izquierdista no tiene nada y si mucho de derechista, principalmente con la acumulación de un enorme riqueza que detentan sus vástagos que no tan solo cuentan con diversas cajas fuertes en Houston, Texas, sino grandes bóvedas en diversos paraísos fiscales donde se han guardado los rendimientos de los negocios que se realizan desde el poder.
¿Acaso alguien ha vuelto a ver el billete de cien pesos que tanto presumía Andres Manuel López Obrador cuando andaba pululando por todos los rincones del país? Claro que ahora detenta una fortuna incalculable a decir de quienes le han seguido la huella al dinero, sobre todo en los paraísos fiscales que tanto atraen a sus hijos, y donde acuden periódicamente seguramente a seguir “ahorrando” para los tiempos difíciles que vendrán cuando de rendir cuentas se trate en el caso de que las oposiciones logren un gran frente ciudadano en la siguiente elección.
De no ocurrir este supuesto, el cuantioso hurto de las arcas públicas quedará solamente en el recuerdo de aquellos que han seguido la huella de esos depósitos de dinero mal habido, y que insisto, se maneja a través de diversas empresas y vericuetos fiscales que conocen profundamente los hijos presidenciales, que habrá que decir se han convertido en los principales promotores de su riqueza, como aquel episodio en que los líderes petroleros entregaron durante una madrugada más de treinta millones de dólares para que no fueran encarcelados.
A este país le haría bien que el Ingeniero Cuauhtemoc Cardenas saliera de su descanso porque hasta ahora sería el único elemento que podría conformar un amplio frente que haga contrapeso a la mal llamada Cuarta Transformación, que se ha significado y mantenido como uno de los frentes más amplios para disponer de las rentas públicas de acuerdo a las determinaciones de quien por ahora detenta la Presidencia de la República. Ojalá en lo sucesivo esta circunstancia sirva para un verdadero cambio de régimen que garantice que se castigue con altas penalidades a quienes tengan a su cargo el gasto público y hagan un papalote de la rendición de cuentas, como hasta ahora lo hace Andrés Manuel López Obrador. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.