Los discursos públicos de su eterna campaña registran una serie de citas con las que se afanaba para culpar a sus
antecesores en el ejercicio del poder. Así comenzó el engaño, esa serie de citas y acusaciones que se fueron fortaleciendo en el imaginario popular por el hastío de los mexicanos de todas las latitudes ante la ineficiencia e ineficacia de los gobiernos protagonizados por tricolores y blanquiazules. Sin lugar a dudas Andrés Manuel López Obrador se convirtió en esa esperanza que ansiaban los mexicanos de todas las latitudes de este aún maravilloso país.
Y hay que decirlo descarnadamente, la estratagema le funcionó, y quienes le otorgaron la oportunidad de que se alzara con el poder en este Mexico fueron muchos más de los que se pensaba. Para decirlo más claro, el hastío y la decepción fueron los principales cimientos de la llegada del tabasqueño al ejercicio del Poder Público, pero quienes pensaban que era un “peligro para México”, hoy están corroborando lo que tantas veces se advirtió y se comentaba en todos los rincones de esta alicaída Patria que azorada observa su destrucción.
Andrés Manuel siempre tuvo por aliados el engaño y la traición, y lo muestra y demuestra todos los días. Y han sido muchas las veces que ha abjurado sus palabras cuando fue investido con el encargo de presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Y lo peor de todo es que será registrado en las páginas de esa historia como el mandatario más mentiroso que haya detentado el poder. La contabilidad de sus desaciertos y mentiras rebasan el número de cien mil menciones carentes de veracidad.
Para decirlo más claro, Andrés Manuel López Obrador monto el engaño más brutal y dañino de la historia patria, y lo seguirá haciendo porque la mentira y la traición han sido sus mejores aliadas. Por eso el idiota y estúpido que le lleva la Comunicación Social, se dedicó al inicio de su gobierno, y durante muchos meses a visitar a los dueños de las empresas de comunicación para solicitar la salida de quienes, desde los medios impresos, radiofónicos y televisivos, señalábamos los yerros de sus decisiones.
Hoy el tiempo nos ha dado la razón, y le ha dado también la certeza a aquellos que lo señalaron como “un peligro para Mexico”, y esta circunstancia no es otra cosa que uno de los gobiernos más oprobiosos que hayan surgido después de la etapa revolucionaria. Para decirlo más claro, el juicio de la historia lo colocará en el lugar que merece, y que no es otro más que el ostracismo y el olvido de una etapa en la que el autoritarismo intentó colocarse como el principal eje de gobierno. Hoy los propios mexicanos le han otorgado una muestra de la dimensión de su pequeñez, y por más que pretenda soslayar y evitar que salgamos a las calles a protestar por sus malos resultados, la historia lo colocará en el lugar que merece.
El derrumbe de la mal llamada Cuarta Transformación es una realidad, y para desgracia de quien la encabeza, la historia lo juzgará severamente como uno de los más ineficientes, autoritarios y ladrones mandatarios que hayan existido después de la etapa conocida como la Revolución Mexicana. Intentar confrontar a la sociedad civil ha sido la mejor muestra de su mendicidad personal, y su a
mbición de mantenerse en el poder al colocar a una servil y estúpida ladrona y asesina, será sin lugar a dudas su Waterloo. Así de simple. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.