Sin lugar a duda nunca imaginamos lo que hasta ahora hemos estado viviendo desde que Andrés Manuel López Obrador
llegó al poder por obra y gracia de las bandas del crimen organizado, como hasta ahora se ha estado señalado, y evidenciando. Siempre pensamos que con los gobiernos anteriores habíamos vivido una tragicomedia y que teníamos que retomar el rumbo para enderezar al país, y esa fue la oportunidad que capitalizó Andrés Manuel López Obrador para convertirse en el farsante mayor de la historia de esta Nación.
Para quienes no conocen el término aun cuando se le utiliza cotidianamente, habrá que decir que un farsante no es otra cosa que una persona que miente o engaña, especialmente que finge lo que no siente o se hace pasar por lo que no es, para obtener algún provecho de ello. Así de simple la descripción para el hombre que engaño a un pueblo con su perorata del “Bienestar”, y que ahora estamos padeciendo una de las crisis económicas más graves de la historia reciente que en cualquier momento podría provocar disturbios a causa de la carencia de dinero para la canasta básica de los sectores más empobrecidos.
Para conocer y reconocer su mendicidad baste reseñar la espantosa muerte de treinta y nueve migrantes que fueron encerrados y que padecieron los horrores de morir quemados porque nunca nadie les abrió la celda en que fueron confinados. Esta tragedia tendría que haber causado indignación por la forma en que ocurrieron los hechos, pero Andrés Manuel López Obrador intentó minimizarla señalando estúpidamente que los mismos migrantes habían sido culpables de su propia tragedia. Vaya con el inquilino de Palacio Nacional, que en su mendiga forma de tratar de escurrir el bulto, tiene ahora encima a la opinión pública de este país y de muchas partes del mundo.
Cuando alguien en las esferas públicas priva de la libertad a un ser humano, tiene la obligación de velar por su vida, alimentación y su integridad física. Los registros de las cámaras de video reseñan esa espantosa muerte que tuvieron al estar confinados y hacinados en una celda donde había sesenta y ocho personas, de las cuales murieron cuarenta de ellos asfixiados y calcinados. Pero el señor presidente de la República, como siempre, salió a dar una versión que buscaba exculpar al Gobierno Federal, que es quien puede detener a los migrantes porque es un asunto de índole Federal.
Los peor de todo es que los guardias o custodios decidieron salir del recinto sin liberar a los detenidos según se observa en los videos que filmaron la desgracia, la asfixia los ahogo y el fuego consumió a varios de ellos. Sin lugar a duda esta es una de las mayores tragedias que ha ocurrido en la custodia de aquellos seres que se aventuran a salir de su país a causa de la mendicidad de las tiranías populistas, y ahora un gobierno populista como es el que encabeza el señor López Obrador, simplemente dejó que fenecieran treinta y ocho seres humanos.
El desastre de gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador sigue causando muertes, porque nunca debemos olvidar que durante la pandemia del coronavirus no se compraron los medicamentos, y que también dejaron morir a los niños con Cáncer. Sin lugar a duda el presidente de la Republica es un homicida serial que una vez que deje de tener fuero tendría que comparecer ante la justicia por las muertes causadas. Dejar morir a los niños con Cáncer es lo peor que puede realizar un ser humano, pero ya constatamos que de humanidad no tiene nada el señor que habita Palacio Nacional. Pero la riqueza de sus hijos tendrá que ser investigada también por todo lo que han robado si es que en este país existe la justicia. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.