Sin lugar a duda Andrés Manuel López Obrador es un gran inventor y ocurrente polemista. Porque si hablamos de oratoria,
su acusada parsimonia con la lectura echaría a perder cualquier frase. Y no se trata de denostar o minimizar a quien conduce los destinos de este aún maravilloso país, sino de analizar sus trilladas frases buscando que los mexicanos de todo el país nos enfrentemos los unos a los otros. De ahí su cantaleta de que “o están con la transformación, o están contra la transformación”, pero lo lamentable de todo es que hasta ahora resulta que no hay transformación, y nosotros seguimos confrontándonos unos a otros.
Porque lo único que ha logrado alcanzar es una regresión y la utilización de una cantaleta de guerra entre conservadores, que somos quienes no comulgamos con su proyecto político y económico, porque hasta ahora único que ha construido es una brutal división entre los mexicanos de todas las latitudes, y eso es el principal indicativo de que la esencia de su gobierno es ““Divide y Vencerás”. Andres Manuel López Obrador tampoco es un estadista, porque no cuenta con experticia en asuntos relacionados con el ejercicio político.
Bien señalaba uno de los grandes ideólogos de este país, Jesus Reyes Heroles, que “la política es el arte de las relaciones humanas, y la armonía política uno de sus más caros valores”. Andres Manuel López Obrador es experto en el arte de dividir, de confrontar, de epitetar, pero, sobre todo, un especialista de la reyerta y la descalificación de quienes no pensamos como el, que, por cierto, somos mayoría en este país. Pero también es un especialista en la imposición de sus presuntas ocurrencias y de la discrecionalidad para utilizar los recursos públicos que son de todos los mexicanos, y que hasta ahora ha utilizado para enviar grandes cantidades de dinero a los regímenes comunistas del hemisferio, cuando seguimos detentando un alto porcentaje de pobreza en la mayor parte de los mexicanos.
De lo que sí podemos tener certeza es de que tiene muchas ganas de que nosotros nos sigamos empobreciendo para hacernos rehenes de los presuntos programas sociales. Pero también podemos tener la seguridad de que intentara por todas las circunstancias mantenerse en el ejercicio del poder, aunque lo niegue, porque hasta ahora ya tiene planeada la forma en que su hijo mayor acceda al poder una vez que él termine, porque sabe que tiene de su lado la lealtad de las fuerzas armadas, porque las ha comprado. Los altos mandos, estarán disponibles en el caso de que se presente alguna eventualidad.
Si consultamos ese episodio de nuestra historia patria, podremos darnos cuenta del porqué de su utilización en la diferenciación entre conservadores y liberales, ya que los conservadores apoyaban una forma de gobierno en la que todos los poderes recaen en una sola persona que controle todo el país desde un centro de poder, y luego entonces, el presidente de la República es un redomado Conservador. Y por lo que corresponde a los liberales, fue una corriente filosófica, política y económica que promovió la libertad del ser humano, su igualdad política y jurídica y la búsqueda del progreso material de los pueblos. Andres Manuel López Obrador tiene de liberal lo que el sol de obscuridad, es decir, nada, porque el liberalismo del Siglo XIX fue una corriente filosófica, política y económica que promovió la libertad del ser humano, su igualdad política y jurídica, y la búsqueda del progreso material de los pueblos.
Mientras tanto el conservadurismo mantiene el "status quo", que no es otra cosa que el estado de cosas en un determinado momento. De ahí el gran engaño que ha montado con su presunto liberalismo, cuando en realidad es un conservador con su cantaleta de promover los valores sociales y morales, pero además busca el mantenimiento de un estado como el que utilizaron los gobiernos monárquicos. Andres Manuel López Obrador, insisto, tiene de liberal lo que tengo yo de bonito, y su conservadurismo lo pondrá en práctica cuando intente que alguno de sus hijos se hagan cargo del poder en este país. Así de simple. Al tiempo.